La situación desatada por el paro de los cafeteros y camioneros, empeora. Pese a que el gobierno nacional ha propuesto soluciones, los bloqueos en las vías siguen y los habitantes de los pueblos y ciudades ya sienten las consecuencias. El Cauca es uno de los departamentos más afectados.

El gobernador, Temístocles Ortega Narváez, aseguró que Popayán, capital del departamento, se encuentra “sitiada” y que “la situación de la ciudad es tan dramática que hemos abogado porque el Gobierno reanude el diálogo con los marchantes»

Francisco Fuentes, alcalde de la ciudad, dijo que se encuentra preocupado por el desabastecimiento de combustible, ya que “no hay hace 7 días ni para los hospitales, ni para las calderas, ni para la empresa de aseo de la ciudad”. Además el oxígeno proveniente de la ciudad de Cali se está acabando y “solamente hay suficiente hasta mañana”.

Los alimentos también están escaseando. Pese a que hay menos cantidad de huevos, cárnicos y lácteos “estamos en un proceso de sacrificio de muchas aves y regando un promedio de 70 mil litros de leche que no se pueden acopiar ni regalar al no poderse transportar, ya que no existe combustible para sacarlo de las fincas”, afirmó el funcionario.

Fuentes pide que los protagonistas del paro colaboren al menos con “ayuda humanitaria” y permitan el paso de misiones médicas y combustibles provenientes de Cali y reitera que “debe haber diálogo del gobierno nacional con los generadores de la protesta del sector cafetero. No fue lógico que la Federación se reuniera con los comités que no están en paro para darle una solución a ellos”.

Hasta el momento se registran más de 17 pasos taponados, las salidas hacia el sur del departamento bloqueadas, y se está anunciando otro cierre sector de Patico, hacia el oriente, por lo que el 80% de los buses están parados.

Edwar Rios, habitante de Popayán, confirmó que los bloqueos “se incrementaron y ahora más cerca de la ciudad. Hay escasez de alimentos, no hay combustible en las estaciones de servicio, los precios de la gasolina los suben quienes ya se dedican a la reventa a más de $15.000 por galón y hay problemas con el traslado de pacientes en los hospitales”.