A tres años de haber iniciado el mandato del presidente Gustavo Petro, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) muestra avances limitados y señales preocupantes de retraso. Según un informe de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de San Buenaventura (USB), sede Bogotá, a agosto de 2025 el plan solo ha logrado un 46,3 % de cumplimiento, aunque ya ha pasado más del 60 % del tiempo del Gobierno.
“A este ritmo, Colombia llegaría a 2026 con apenas el 68 % del plan ejecutado. Eso quiere decir que uno de cada tres compromisos del Gobierno se quedaría en veremos”, advierte Julio Enrique Duarte, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la USB, y autor del informe.
El análisis resalta que el PND ha sido ambicioso en sus metas, pero los resultados en terreno todavía están lejos. La diferencia entre lo planeado y lo que realmente se ha hecho es grande, y eso podría tener consecuencias serias para el país.
Tres años después: lo que dicen los números del Plan Nacional de Desarrollo
1. El dinero no está llegando donde más se necesita: Hasta mayo de 2025, el Gobierno solo había comprometido el 41,2 % del presupuesto aprobado para el año, según datos del Ministerio de Hacienda. Además, sectores clave como Trabajo, Agricultura e Inclusión Social registran niveles de ejecución por debajo del 20 %. En el panorama regional, persisten grandes desigualdades: mientras Antioquia y Bogotá lideran la inversión pública, en zonas como La Guajira y Chocó los proyectos apenas superan el 30 % de avance, de acuerdo con reportes internos de Planeación Nacional.
2. La deuda y el déficit siguen creciendo: El déficit fiscal para 2025 ya bordea el 7,1 % del PIB, según confirmó el Ministerio de Hacienda tras activar la cláusula de escape fiscal. La deuda pública también alcanzó el 61,3 % del PIB, lo que provocó que calificadoras como S&P y Moody’s degradaran la calificación crediticia del país. Hoy, más del 137 % de lo que se invierte en obras o programas sociales se está destinando al pago de deuda.
3. Los planes del Gobierno avanzan a ritmos muy distintos: Con corte a junio de 2025, datos del Departamento Nacional de Planeación señalan que algunos ejes del Plan Nacional de Desarrollo avanzan bien: Seguridad Humana tiene un 64,7 % de cumplimiento y Convergencia Regional un 60,9 %. Pero otros, como Ordenamiento Territorial, solo llegan al 40,5 %. En las metas rurales hay un rezago crítico: de las 1,5 millones de hectáreas prometidas, solo se han titulado 1.694 (0,71 %) y el riego intra predial apenas llega al 4,1 %.
4. Menos pobreza y más empleo… pero de baja calidad: Según el DANE, la pobreza monetaria cayó al 31,8 % en 2024, la cifra más baja desde 2012, y más de 1,2 millones de personas salieron de esa condición. En empleo, la tasa de desempleo nacional bajó al 8,6 % en junio de 2025, la más baja en más de una década. Sin embargo, el 59 % de los nuevos puestos de trabajo son informales, el desempleo juvenil ronda el 16 % y persisten fuertes brechas entre mujeres, jóvenes y habitantes de regiones apartadas.
5. Muchas exenciones para unos pocos: El gasto tributario —es decir, el dinero que el Estado deja de recibir por beneficios fiscales— representa entre el 8,5 % y 8,7 % del PIB, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2025. Más preocupante aún: el 90 % de esos beneficios son aprovechados por las grandes empresas, mientras que las MiPymes acceden a una porción mínima, como advirtió el ministro de Hacienda. Esta estructura hace que el sistema tributario sea poco equitativo y limite la capacidad del Estado para financiar políticas sociales.
6. Colombia, rezagada frente a sus vecinos: Mientras países como Chile y Perú proyectan déficits fiscales más controlados (entre 2 % y 3 % del PIB), Colombia sigue por encima del 7 %, según cifras comparadas por BBVA Research. Además, el Banco de la República mantiene su tasa de interés en 9,25 %, para contener una inflación que ronda el 4,8 %. Esto hace que el acceso al crédito siga siendo costoso, especialmente para emprendedores y pequeñas empresas.
7. El país avanza, pero no al mismo ritmo: Bogotá y Medellín han logrado reducir su pobreza por debajo del 20 % y mantener el desempleo urbano bajo el 8 %, según el DANE. Pero en regiones como Chocó o La Guajira, la pobreza sigue cercana al 50 % y el desempleo supera el 30 %. Las brechas territoriales son tan profundas que el propio Plan Nacional de Desarrollo parece avanzar a dos velocidades: una en los centros urbanos, otra mucho más lenta en la periferia.
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