En el vasto mercado de las monedas, el caballero Dólar vivió dos semanas dignas de un carnaval medieval: subía hasta las almenas de 4,200 para luego descender vertiginoso a los calabozos de 4,050, con giros y vuelcos que marearon a más de un mercader.
El Dragón DXY, que mide la fuerza del caballero frente a otras monedas, primero alzó el vuelo hasta el mítico nivel de 100, pero un soplo de viento lo devolvió a 98, como si un mago travieso jugara con sus alas.
Todo empezó con los tambores de guerra comercial: acuerdos que entrarían en vigor el 1 de agosto. Pero el Emperador Trump, en un gesto inesperado, concedió unos días más. La noticia puso a la Unión Europea y al Imperio del Sol Naciente a correr hacia la mesa de negociaciones, no solo para discutir aranceles, sino también grandes cofres de inversión hacia Estados Unidos.
Los heraldos anunciaron que la Confianza del Consumidor en EE. UU. superó las profecías más optimistas, y las ganancias del mercado accionario fueron un festín. El Dólar celebró, pero pronto el Índice No Manufacturero trajo nubarrones, y la euforia se enfrió.
La hechicera FED mantuvo su báculo de tasas sin moverlo… pero dos consejeros votaron por un recorte de 25 puntos mágicos, debilitando al caballero. Luego, llegaron los datos de empleo, revelando que el ejército laboral marchaba más lento de lo previsto.
Así quedó claro: cualquier susurro de noticia positiva o negativa en el reino de EE. UU. desata tempestades. El mercado se volvió hipersensible, reaccionando como un dragón nervioso a cada chasquido de espada.
Mientras tanto, en el Reino de Colombia, el oráculo del DANE se prepara para revelar la inflación de julio: se espera en 0,13% mensual y 4,7% anual, lo que podría abrir la puerta a que el Banco Central recorte su hechizo de tasa en septiembre. El Índice de Precios al Productor sigue tranquilo en torno al 2%.
El Tesoro Real, con el mago Cuéllar, anunció recompra de bonos internacionales para aliviar sus arcas y bajar intereses, provocando festejos en los mercados: TES que suben, dólar que baja.
Pero el Banco Central advirtió que la inflación de cierre de 2025 podría quedar en 4,7%, con crecimiento potencial recortado a 2,6%. Y ojo: un alza fuerte del salario mínimo o gasto público desbocado podría avivar al dragón del déficit fiscal.
En el terreno político, todos miran al 26 de octubre de 2025, cuando el Pacto Histórico elegirá a su campeón. Más que el nombre, lo que importará será cuántos guerreros acudan a votar:
- Menos de 5 millones: fiesta para los activos locales.
- Entre 5 y 6 millones: calma tensa.
- Más de 7 millones: temblores para el mercado.
En las encuestas, el favorito es Gustavo Bolívar, seguido de cerca por Daniel Quintero, mientras María José Pizarro, Susana Muhamad y Carolina Corcho afinan sus espadas.
El clima social, sin embargo, sigue sombrío: 64% de los aldeanos cree que el reino va por mal camino, con el orden público y la economía como sus mayores preocupaciones.
Así, entre hechizos monetarios, dragones volátiles y batallas políticas, el caballero Dólar seguirá cabalgando… y todos los mercaderes deberán atarse fuerte a sus asientos en esta montaña rusa.
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