La consulta previa es un mecanismo de concertación con los pueblos étnicos, el cual, Colombia suscribió como acuerdo internacional, gracias a una decisión tomada por la O.I.T, la cual ha sido acogida por más de 20 países en la región; esta herramienta garantiza que los proyectos, a los cuáles se le demuestre que afectan de manera directa o indirecta los usos, las costumbres y la soberanía de los pueblos étnicos en sus territorios, se han sometidos a procesos de concertación con la organización étnica establecida.
Esta medida ha sido desarrollada en Colombia, no gracias a una ley; lo cual marca la primera característica de la herramienta adoptada, lo que se traduce en que hasta el momento no existe una ley que desarrolle lo adoptado por el Estado colombiano, sino que su desarrollo ha sido gracias a las interpretaciones que del acuerdo ha hecho la Corte Constitucional por medio de Sentencias que ha emanado.
Estas sentencias en su gran mayoría son ambiguas. Y en partes importantes, carentes de conocimiento profundo del territorio. llenas de idealismo, con un marcado sentido de reivindicaciones; los cuales han llevado a divisiones internas de los pueblos minoritarios étnicos y ha permitido introducir el gusano malvado de la ambición económica y la corrupción.
Otra de las características que hay que observar de esta herramienta, es la que nos indica una lógica dirigida a examinar su resultado. Esta lógica parte del hecho que la consulta previa se ha venido aplicando desde hace más de 30 años en nuestro país, es decir, desde 1993 hasta la fecha, y en su aplicación, que no es más que el cumplimiento de las órdenes de la Corte Constitucional, se han invertido cuantiosas sumas de dineros, los cuales no tienen ningún seguimiento por parte de los órganos de control.
Para darle mayor sentido al párrafo anterior, debo decir que yo he estado en procesos de concertación de consultas previas, en donde la etapa de implementación ha tenido costos muy superiores a los 10 mil millones de pesos. Lo anterior lleva a la siguiente reflexión que anoto en mi libro una Nueva Estrategia para el Pacífico colombiano, la reflexión es, si llevamos más de 30 años aplicando esta herramienta de concertación con los pueblo minoritarios étnicos, y los montos de estos procesos son tan altos como el mencionado, porque entonces las comunidades siguen estando ancladas en la pobreza y la miseria? Sin servicios primarios de vida digna? Donde están los recursos? Que ha pasado con las transformaciones que deberían ser el resultado de esta implementación?
Si, la respuesta es obvia, las trasformaciones no han sucedido, ya que por más de 30 años las condiciones de vida de la población que vive en los territorios colectivos, que es donde se aplica la consulta previa, no han cambiado, siguiendo con su paisaje de pobreza y exclusión.
A pesar de las concertaciones que han permitido explotar minerales, explorar la existencia de hidrocarburos y desarrollar otros proyectos, las condiciones de vida de los niños que crecen en estos territorios siguen siendo igual o peor de las que existían durante mi niñez y juventud; con la peculiaridad que en mi época, aún se respiraba algo de paz en el territorio.
Pero para continuar en la línea de las características de esta herramienta de concertación, es importante anotar que a pesar que en el documento de la OIT es claro en afirmar que con la consulta previa no se le da poder de veto a las comunidades, ni a los pueblos; los fallos de la Corte, aunque no le otorgan este poder, si han sido lo suficientemente ambiguos como para que la comunidad ejerza ese poder de vetar los proyectos, lo cual hace cada vez menos probable que las empresas quieran desarrollar proyectos en donde habitan estas comunidades.
Otra de las características especiales de la consulta previa está en que las sentencias de la Corte abren la puerta para que todo lo que tenga que ver con inversión en los territorios colectivos, sea susceptible de consulta. y todo es todo; incluyendo los proyectos que buscan solucionar problemas de servicios públicos vitales como los acueductos, el alcantarillado, las redes de interconexión eléctrica etc.
Un verdadero tiro en el pie. ahora bien: que si yo soy enemigo de la consulta previa? Déjenme responder con un rotundo NO. Soy defensor de la herramienta de concertación, creo que están equivocados los que abogan por su eliminación ante la incapacidad de plantear mejoras razonables, así que no estoy de acuerdo con aquellos que esgrimen como gran solución su eliminación.
Pero sí, soy consciente que el proceso de consulta previa que se desarrolla en la actualidad se ha convertido en uno de los principales obstáculos para que el desarrollo llegue a estas poblaciones, y lo peor es que es un proceso que ha encontrado en los liderazgos de esas comunidades en la mayoría de los casos, a sus peores enemigos.
En pocas palabras soy un defensor acérrimo de la consulta previa como herramienta, pero un crítico, quizás solitario, del proceso con el cual se implementa… ¿qué hacer entonces? quizás en una próxima columna exprese algunas ideas que puedan ser útiles.
Jefferson Mena
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