En la vasta aldea del Norte (EE. UU.), los sabios del Consejo Económico desplegaron sus pergaminos mágicos. El hechizo del PCE reveló que los dragones de la inflación estaban domados, respirando fuego solo al 3%.
La caída de los precios energéticos (-2,7% en julio) fue como un balde de agua helada que enfrió sus llamaradas, compensando las hogueras del reino de los servicios. Aun así, la ansiada meta del 2% sigue siendo un castillo lejano en el horizonte. Mientras tanto, los mensajeros del PIB trajeron noticias festivas: la economía creció más de lo esperado (3,3% en el 2T) y apunta a 3,5% en el 3T.
La aldea del Norte sigue mostrando una sorprendente resiliencia, como un guerrero que, pese a las batallas, sigue en pie. Pero no todo es paz. En los pasillos de la Reserva Federal, un viejo caudillo llamado Donald Trump intenta mover piezas en el tablero, desafiando a la guardiana Lisa Cook. Si logra su cometido, controlará 4 de los 7 tronos del Consejo. Un cambio que podría desatar más especulación y debilitar los muros de la institucionalidad.
En los mercados internacionales, el S&P 500 brilló como un sol radiante antes de caer suavemente al anochecer. El dólar y los títulos del Tesoro a 10 años permanecieron firmes, como caballeros en guardia. Y en los reinos de los mercados emergentes (peso colombiano, real brasileño, peso mexicano), las monedas se mantienen serenas, esperando tres grandes tormentas que se acercan: la reunión de la Fed (17 sept.), las elecciones en Argentina (26 oct.) y las de Chile.
En el Reino de Colombia, los bardos cantaron que el desempleo bajó de 9,9% a 8,8%. Sin embargo, la mayoría de los nuevos oficios son de cuenta propia, mientras los trabajos formales se desvanecen como castillos de arena. En el mercado accionario, la historia del dragón Canacol corrió como rumor en las plazas: ¿lo comprará Ecopetrol? En dos días, la acción voló un 60%, aunque solo alcanzó a regresar a los niveles de julio. Los mercaderes critican el silencio de los reyes, pues los rumores se convierten en tormentas que sacuden a todo el reino. Por su parte, el Ministerio de Hacienda blandió su varita de deuda y lanzó conjuros de repos y swaps con casas internacionales (BBVA, Citi, JP Morgan, Goldman Sachs). El objetivo: aliviar las presiones de las tasas y mejorar la hoja de vida de la deuda del reino. La magia surtió efecto en las curvas de TES, aunque no faltaron voces que advirtieron sobre el peligro de jugar con hechizos demasiado complejos.
La próxima semana se avecinan nuevas batallas:
• En Colombia, los druidas de la inflación revelarán el dato de agosto, esperado sobre el 5%, clave para la espada del Banco de la República.
• En EE. UU., las nóminas no agrícolas y el desempleo serán señales que el Consejo de la Fed leerá antes de decidir su próximo hechizo en septiembre.
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