América está mezlando esta campaña de su regreso buenos partidos con actuaciones irreconocibles. El conjunto escarlata se coloca en estos momentos en el tercer puesto de la tabla, pero sus números esconden una verdad bien distinta. La mayor parte del puntaje lo ha obtenido en encuentros con equipos a priori más débiles. Contra los grandes, América ha actuado como un equipo de la B.

Hasta la fecha ha jugado seis encuentros contra los llamados grandes de Colombia. De los 18 puntos posibles ha obtenido nada más 7, un rendimiento muy pobre que confirma que aún le queda un paso para poder disputar de tú a tú a los clubes fuertes.

Esta serie de encuentros la comenzó con buen pie, consiguiendo una victoria por goleada sobre Junior, equipo que deambula este año en la Liga Águila. A partir de ahí, le ha costado un mundo poder sacar los partidos adelantes contra los grandes. Obtuvo un empate sin goles contra Nacional, que bien pudo acabar en derrota. Después de esto se confirmó la mala racha con la derrota abultada contra Millonarios en el Campín, un varapalo tremendo.

América tampoco retomó el rumbo en el siguiente encuentro con su rival directo, Deportivo Cali, donde obtuvo una nueva derrota. Solo lograron levantar cabeza y recuperar la honra devolviendo el golpe a los azucareros con una amplia goleada hace tres jornadas. Pero ayer contra Santa Fe, volvió la versión chica de América. Los escarlatas fueron incapaces de hacer daño a los cardenales, que basaron sus juego en una eficaz defensa sobre Martíbnez Borja.

Los datos son preocupantes de cara a las aspiraciones de América este año. Su objetivo es crecer para volver a luchar contra los grandes, pero de momento ha demostrado que se encuentra dos pasos por detrás de estos. Hernán Torres deberá trabajar este aspecto, sobre todo en el factor psicológico para poder sobrepasar este muro que de momento le supone a América cuando se enfrenta a un equipo fuerte de Colombia.