La Comisión Europea (CE) apuesta por la renovación de edificios para hacerlos más eficientes como el camino a seguir para impulsar la construcción en la Unión Europea, según una estrategia sobre este sector anunciada hoy por la CE.
Este plan a diez años contempla el uso de fondos europeos estructurales y de cohesión en la financiación de las renovaciones para fomentar la eficiencia energética y las renovables en la construcción, así como préstamos con recursos del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
La comunicación presentada hoy, que ahora debe ser aprobada por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, es “plan de acción real que permitirá al sector volver a ser competitivo y volver a crear puestos de trabajo”, en palabras del vicepresidente de la CE yresponsable de Industria, Antonio Tajani.
La CE aboga por adoptar a nivel nacional y europeo políticas que promuevan tanto la demanda como la inversión en la construcción, ya que ésta última y la innovación se mantienen en cotas bastante bajas respecto a otras industrias.
El Ejecutivo europeo quiere que el sector de la construcción recupere la competitividad perdida a través de una mayor innovación en ámbitos como la eficiencia energética (edificios que consuman poca energía y que se acerquen hacia la autosuficiencia) o la adaptación al cambio climático.
Esta cuestión podría ser especialmente interesante en países donde la construcción tiene un peso importante en la economía, ya que éste se ha visto fuertemente afectado por la crisis económica y financiera, y la consecuente caída de la demanda.
“El estallido de la burbuja inmobiliaria fue uno de los desencadenantes (de la crisis de la construcción) y ha continuado reduciendo significativamente la actividad del sector”, destaca la CE en el texto.
España, que ha visto reducida la actividad de la construcción en un 49 % entre 2007 y mediados de 2011, es uno de los países más afectados por esta situación, junto con Irlanda.
Sin embargo, los Veintisiete ya se mostraron reacios a asumir compromisos en materia de renovación de edificios durante las recientes negociaciones de la nueva directiva de eficiencia energética, que finalmente obliga a cada país a mejorar cada año un 3 % de los edificios del Gobierno central para hacerlos más eficientes.
El sector también está sufriendo por la entrada de competidores extranjeros en la Unión Europea, especialmente en el ámbito de las infraestructuras, mientras que las empresas comunitarias a menudo compiten en desigualdad de oportunidades en el extranjero debido a un clima empresarial “injusto”, según señala el documento.
Otro punto del texto que podría resultar de interés para impulsar el sector en España, según fuentes europeas, es la construcción de edificios más resistentes a los desastres naturales, como los terremotos, algo que podría evitar tragedias como la que afectó el año pasado a Lorca (Murcia).
Una mejor formación de los trabajadores de la construcción también es necesaria para mejorar la competitividad del sector, con iniciativas para aumentar la movilidad de los empleados entre países europeos.
El sector de la construcción supone un 10 % del Producto Interior Bruto de la UE y genera 20 millones de empleos entre puestos de trabajo directos e indirectos, según los datos de la CE.