El Gobierno colombiano denunció este martes que al país están ingresando de manera reiterada alimentos de contrabando los cuales llegan sin controles sanitarios y representando por consiguiente un riesgo para la salud pública, sin contar los terribles impactos que el fenómeno genera en la economía agropecuaria.

El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Camilo Restrepo Salazar aseguró en la Comisión Segunda del Congreso de la República que al territorio nacional están entrando grandes volúmenes de alimentos entre ellos muchos perecederos que no cuentan con el transporte ni el trato adecuado.

Anotó que productos tales como huevos, lácteos, aceites y arroz, entre tantos llegan al país por las zonas de frontera, puntualmente por Ecuador y Venezuela.

El jefe de la cartera agropecuaria reconoció el enorme esfuerzo que vienen haciendo las autoridades aduaneras y de Policía Fiscal para enfrentar este delito. Precisó que inclusive las incautaciones de arroz se triplicaron. “Nos están llenando de alimentos”.

Según el funcionario, los 45 millones de consumidores en Colombia hacen las veces de un imán que atrae productos venezolanos que tienen unos precios artificialmente bajos para muchos géneros alimenticios de primera necesidad.

“A menudo los precios del país vecino son la mitad o un tercio de los que prevalecen en Colombia y, teniendo una frontera viva, porosa y actuante, de más de 2.219 kilómetros, obviamente un mercado como el nuestro hace que cada vez sea más atractivo internar productos por el mercado negro”, sostuvo el Ministro de Agricultura.

Para mostrar lo grave de la situación y el detrimento económico que el fenómeno del contrabando ocasiona, Restrepo Salazar indicó que en Barranquilla fueron encontrados no pocos tarros de leche en polvo en varios supermercados de la ciudad costera los cuales aparecían etiquetados como “leche despachada para la República Bolivariana de Venezuela”. El producto, como es apenas entendible se estaba comercializando a mitad de precio.

Consideró que actualmente muchos sectores de la agricultura están amenazados y perjudicados en materia grave, no tanto por los tratados de libre comercio, sino por el contrabando de alimentos que está en niveles históricamente altos y muy preocupantes.

El problema, nada ínfimo, no solamente castiga la oferta de alimentos producidos en Colombia sino que afecta la generación de empleo combinando líos económicos con repercusiones sociales de alto impacto.