El ocarro tiene el tamaño de un cerdo mediano, un animal muy grande para su especie y es por eso que es más conocido como armadillo gigante. Su peso alcanza los 30 kilogramos, es de hábitos nocturnos, son hábiles excavadores gracias a sus enormes garras, se alimenta de insectos, corre a altas velocidades y se encuentra en las sabanas del Meta y Vichada.
Según Edith Chacón Saavedra, médico veterinario del ‘Bioparque Los Ocarros’, en Villavicencio, esta especie “no cambió evolutivamente, por lo que se diferencia poco de su ancestro”, de ahí su apariencia arcaica.
Como la mayoría de las especies animales, la amenaza más latente es la intervención del hombre. “La caza indiscriminada para consumo, para venta de fauna ilegal, hay que tener en cuenta que el tráfico de especies silvestres es el tercer negocio ilegal más lucrativo después de la droga y las armas. También los capturan para convertirlos en mascotas, les dañan su hábitat. Es claro que si les quitan sus condiciones naturales van a verse afectado y en la mayoría de las ocasiones son las grandes industrias, que tengan o no políticas de responsabilidad ambiental, siempre afectan la naturaleza (…) Es importante señalar que todas estas practicas son un delito y están penadas por la ley”, finalizó Edith Chacón.
DATOS:
– Algunas personas prefieren cazar ocarros para venderlos como alimento, porque su tamaño significa mayor rentabilidad.
– Los caparazones de los armadillos son utilizados para hacer un instrumento musical de cuerda llamado charango.