Al parecer, Aportes San Isidro no solo corresponde al nombre de una empresa palmera que opera en la finca Las Pavas, también, es el de una empresa de seguridad que trabaja en el mismo predio. Para los campesinos, son trabajadores de la palmera que hacen “el trabajo sucio”. Imagenes exclusivas de «los vigilantes».

Abogados defensores de Derechos Humanos y pobladores de Las Pavas han sostenido que de unas semanas para acá la presencia de “civiles” armados se ha acrecentado. Incluso, el fin de semana pasado, esos hombres habrían quemado y destruido los asentimientos de los campesinos que reclaman las tierras.

De acuerdo con la policía local los hombres armados trabajan para empresa de vigilancia. Se trata de una empresa denominada Aportes San Isidro, quienes manifiestan estar autorizados para prestar servicios de seguridad privada de acuerdo con la resolución No. 3223 del 25 de mayo de 2011 de la Superintendencia.

Sin embargo, varias características del personal de “vigilancia” contradicen las disposiciones legales que regulan a este sector. No tienen un uniforme o distintivo que los acredite como miembros de determinada empresa, son hombres vestidos de civil. Portan armas largas, en vez de cortas, que es el armamento ordenado por ley. Y han estado inmersos en hechos de intimidación campesinos y campesinas de ASOCAB.

Los hechos han sido denunciados ante la Defensoría del Pueblo de El Peñón, cabecera municipal del corregimiento de Buenos Aires, al sur del departamento de Bolívar.

El pasado jueves, las 1338 hectáreas de la hacienda Las Pavas fueron declaradas baldíos de la nación. Actualmente, el predio se está utilizando para el sembrado de palma de aceite por parte de Aportes San Isidro, propiedad del señor José Macías.