Quien mejor que el hombre que hizo de las basuras un reino, para hablarnos del problema que hoy aqueja a los bogotanos: basuras cero. Antonio Casafuz, fundador de el museo de la basura, es quizás el único que hoy no se alarma ante el muladar.
Francisco Antonio Zea Restrepo, conocido como Casafuz, hizo de su casa en el barrio La soledad, un lugar de reflexión en torno al daño ambiental producto de la humanidad y el consumismo. “Este lugar es una fotocopia de la vida, quiero mostrarle a la gente la mierda en la que viven”, afirma.
Sin embargo, esto ya no es ajeno a nuestro entorno. Luego del primer día de funcionamiento del nuevo sistema de recolección de basuras establecido por el Alcalde Gustavo Petro, la ciudad ya es todo un caos. Las bolsas que antes cargaban los alimentos, objetos y accesorios de las familias bogotanas, ahora están regadas por las calles, andenes, prados, y vías de la ciudad llenas de los desechos.
Las personas se empiezan a pronunciar sobre el basurero por donde les toca caminar: papeles, comida regada por los andenes, sitios de trabajo y zonas verdes. Pero, para Antonio Casafuz esto no es nada nuevo.
“El problema de las basuras es viejo, lo que llaman contratos arreglados, el lobby, los intereses que se manejan, la corrupción. Se repartieron las tajadas con las basuras, hicieron el súper negocio, como en Transmilenio.”, expresa Casafuz al hablar del proyecto que ya empieza a funcionar en Bogotá.
Confidencial Colombia: ¿Qué opina usted del programa Basuras Cero en Bogota?
Antonio Casafuz: “Los contratos no son claros. A mi esto si me parece muy improvisado, a la carrera, como lo del congreso: ¡ah no, es que yo no había leído!, y entonces ¿cómo hizo pa´ votar?. Aquí va a pasar lo mismo con la reforma tributaria, todo a última hora, una mano de pupitrazos y tome, la llevan.
Lo de Petro si me parece una improvisación, hay mucha desinformación, uno no sabe a qué atenerse porque todo mundo dice una cosa diferente de acuerdo a como le caiga de gordo Petro. Por otro lado le falto hacer más campaña, publicitar lo que está en canal capital.
Han debido tener más preparación, más estructura porque ¿cómo así que usted empieza a recoger basuras el 18 de diciembre y que dentro de un mes le llegan unos carros de segunda de Nueva York?. Eso en un mundo globalizado con todos los sistemas de transporte que hay, no se justifica.”
CC: ¿Y en relación al caos de la ciudad, el desorden y basurero en las calles, qué piensa?
AC:“¿Cómo van a hacer para organizar a los ñeros? Eso no lo organiza nadie. Es una población muy sufrida, mal educada y muchos de ellos están consumidos por el bazuco. Además, tienen espíritu de libertad, ellos no aguantan lazo.”
Para este paisa, que vivió un tiempo fuera del país buscando una salida al estilo de vida utilitarista, explotador, de lideres y esclavos, es claro que el problema de las basuras es el consumismo:
“El problema del consumo es la publicidad y el arribismo: la gente compra cosas pa´ que lo quieran.
Nada de lo que usted ve aquí lo necesita para vivir. La materia prima sale de La Pachamama para fabricar todas estas maricadas. La comercialización y la publicidad es una problema, todo eso implica depredación y significa gastos.
¿Cuanto tiempo de nuestra vida perdemos trabajando para comprar esos chécheres para que nos quieran y para sentirnos cómodos?. Nos volvimos esclavos de los objetos.”
Antonio Jesús Casafuz Torres de Restrepo y Zea, mientras era estudiante universitario, decidió cambiar radicalmente este esquema de vida:
“Para cambiar se necesitan guevas. Cuando yo decidí salirme de todo esto era un pobre estudiante de administración de empresas en 1976. Yo lo decidí porque me di cuenta que esto era un mounstro, que no era una forma de vida, era una jauría, pirañas y tigres a todo lado. Eso le enseñaban a uno, a mandar, a explotar, y yo dije no.
Decidí cambiar y chao amigos, cuál familia: ¡vago, degenerado!. Me fui a Europa y me di cuenta que la mierda provenía de allá, entonces decidí marginalizarme, vivir como un ñero pero matriculado en la Sorbona, La Escuela Nacional de Bellas Artes de París.
Vivía en casas abandonadas con otros locos: pintores, teatreros. Decidí no volver a comprar ropa, ni electrodomésticos. Comía en restaurantes universitarios o cocinábamos con leña. Fue y es una vida muy interesante: conocí mucha gente, aprendí muchas costumbres, mañas…
Quería darle la vuelta al mundo pero me mamé, añoraba el trópico así que termine en la Sorbona la carrera, regresé y aquí estoy, viviendo como en un cuadro de Kandinsky.”
C.C: ¿cómo van a hacer lo bogotanos para vivir dentro de la basura?
AC: “Si esto colapsa, la basura se acaba, porque es el éxito, es la producción, es el progreso el que produce la basura. Las matas se comen todo. La pacha mama se lo traga todo. A la hora del té no es tan grave que haya un balde plástico debajo de la tierra, al fin de cuentas usted encuentra enterrado huesos de hace millones de años. Da lo mismo si hay un Roll Royce debajo de la tierra, ese mismo oxido lo utilizara otro animal. Al igual que ellos nosotros mutamos.
Hay que tratar de ser equilibrados. Nos quejamos por los desastres naturales, las inundaciones y los derrumbes. Las personas se ponen a llorar y hasta piensan que Dios los esta castigando pero se les olvida que en la casa tienen un escritorio y que tienen cuatro mesas, mesitas de noche, la biblioteca en madera, hasta el hijue…, y que cada que se les daña algo, lo botan y vuelven y lo compran. No piensan que fueron los que generaron ese derrumbe.
Toda acción humana tiende a depredar y en la medida que sean más complicados los procesos de producción pues es peor. La idea no es resignarnos a vivir entre basura, si uno quiere tranquilidad se sacrifica unos años: no tener excesos y tener un consumo racional.
Cuando la gente viene aquí, al museo, ven esto y dicen ¡uy que mierdero tan hijue…! Yo les digo: sí, esto es usted