La tenista número uno de Colombia, María Camila Osorio, vivió un agosto intenso en el circuito WTA, dejando muestra de su talento y determinación en medio de los desafíos propios del alto rendimiento. La cucuteña compitió en dos de los torneos más relevantes del calendario: el Cincinnati Open y el US Open, donde combinó momentos de brillo con obstáculos físicos que limitaron su avance. En Cincinnati, Osorio superó en un reñido partido a la japonesa Moyuka Uchijima (7-5, 1-6, 6-4), pero una lesión abdominal la obligó a retirarse antes de su duelo de segunda ronda ante Jelena Ostapenko.
Pese al contratiempo, la colombiana regresó a la acción en el US Open, último Grand Slam del año, enfrentando a la neozelandesa Lulu Sun en un encuentro de altibajos. Aunque cayó en tres sets (6-4, 2-6, 6-0), su presencia en la cancha fue una señal positiva tras su reciente molestia física. Su actuación en Nueva York le permitió retomar ritmo competitivo y apuntar con confianza a la exigente gira asiática que se avecina en el calendario.
Septiembre se presenta como un mes determinante para Osorio, con una serie de torneos de alto nivel que podrían ser clave para sumar puntos en el ranking WTA y cerrar el año con fuerza. Su primer reto se dio en el Guadalajara Open Akron (WTA 500), disputado del 8 al 14 de septiembre en México, una cita destacada del circuito post-US Open que suele atraer a jugadoras del top 30 mundial. Allí, Osorio buscó consolidar su forma física y elevar su nivel competitivo frente a rivales de peso.
Después de Guadalajara, la gira de Osorio continúa en Asia, comenzando con el Korea Open en Seúl (WTA 500), torneo en el que intentará superar su desempeño del año pasado. Posteriormente, jugará el Ningbo Open, también de categoría WTA 500, en China, donde espera seguir acumulando experiencia y confianza de cara a los últimos compromisos del año. Ambas competiciones forman parte del swing asiático de otoño, crucial para las jugadoras que buscan escalar posiciones en el ranking.
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El gran desafío del cierre de gira será el China Open (WTA 1000) en Pekín, uno de los torneos más importantes fuera de los Grand Slams, que reúne a las mejores raquetas del planeta. Osorio llegará a esta cita con la intención de competir al más alto nivel y medir su progreso frente a las referentes del circuito. Su equipo técnico ha subrayado que la clave en esta etapa estará en mantener la consistencia física y el ritmo competitivo, aspectos fundamentales para afrontar semanas consecutivas de máxima exigencia y seguir consolidándose como una de las principales figuras del tenis latinoamericano.
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