El grupo de expertos de alto nivel sobre los compromisos de emisiones netas cero de entidades no estatales (empresas, instituciones financieras, ciudades y regiones) presentó este martes un informe al secretario general de Naciones Unidas en el que establece unos criterios mínimos para garantizar que los compromisos de descarbonización presentados sean ciertos y evitar así el blanqueo ecológico, también conocido como ‘greenwashing’.
La presentación ha tenido lugar en la XXVII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU que afronta su tercera jornada en Sharm-El Sheik (Egipto). El informe aborda el blanqueo ecológico y cuestiona las promesas de emisiones netas cero que sean “carentes de solidez” y que amenazan con desvirtuar los esfuerzos para globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de alcanzar el objetivo de limitar la temperatura del planeta a final de siglo a 1,5ºC.
La presidenta del grupo de Expertos de la ONU, Catherine McKenna, ha destacado que la propuesta facilita una “hoja de ruta crucial para la integridad de los compromisos de neutralidad de carbono por parte de las entidades no estatales y en apoyo de una transición global y equitativa hacia un futuro sostenible”.
El informe ha sido elaborado durante siete meses por 17 expertos nombrados por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y recoge diez recomendaciones prácticas para aportar integridad, transparencia y responsabilidad a los compromisos adquiridos sobre la neutralidad de carbono mediante la disposición de unas normas y criterios claros.
“Se trata de reducir las emisiones reales sin trampas. Nuestra hoja de ruta proporciona unas normas y unos criterios claros que deben seguirse al desarrollar los compromisos de neutralidad de carbono. Al día de hoy, el planeta no puede permitirse más retrasos, excusas o blanqueo ecológico”, ha indicado.
Las recomendaciones se basan en iniciativas fidedignas como las de Race to Zero o The Science Based Targets Initiative y pide a las entidades no estatales que se comprometan a reducir inmediatamente las emisiones absolutas en toda su cadena de valor con objetivos a corto, medio y largo plazo basados en la ciencia.
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Además, plantea que los planes de transición deben ser detallados y mostrar reducciones inmediatas de emisiones, por su parte las inversiones de capital deben alinearse con dichos objetivos y con la trayectoria de emisiones netas cero de la entidad no estatal.
Para evitar el falseamiento (o la manipulación) en la contabilidad climática y otras acciones diseñadas para eludir la reducción de emisiones reales de forma rotunda, las entidades no estatales deben publicar el progreso realizado anualmente. En ese sentido, las recomendaciones insisten en que tanto los planes de transición como el informe anual de progreso, cuya información debe ser comparable con la de sus homólogos, debe ser verificado por un experto independiente.
El informe del grupo de expertos fija nuevas líneas rojas para evitar el blanqueo ecológico, con recomendaciones como que las entidades no estatales no puedan declararse “cero neto” mientras sigan construyendo o invirtiendo en combustibles fósiles. Del mismo modo, la deforestación y otras actividades destructivas para el medio ambiente se consideran inadmisibles.
Asimismo, sobre la compra de créditos baratos, que a menudo carecen de integridad, en lugar de reducir directamente sus propias emisiones en toda su cadena de valor. Los créditos de alta calidad solo deberían utilizarse para equilibrar las emisiones residuales una vez que una entidad no estatal cumpla sus objetivos a corto y medio plazo.
Centrarse en la reducción de la intensidad de sus emisiones en lugar de sus emisiones absolutas o tratar solo una parte de sus emisiones en lugar de tener en cuenta todas sus emisiones generadas a lo largo de su cadena de valor.
Las propuestas pasan por ejercer sobre gobiernos y autoridades para desvirtuar sus políticas climáticas o la ambición de las mismas, ya sea directamente o a través de asociaciones de la industria, comerciales u otros organismos.
En su lugar, deben alinear sus políticas de lobbying así como sus estrategias de negocio y su gobernanza interna, de acuerdo con los compromisos climáticos adoptados, lo que requiere el alineamiento de las inversiones de capital con los objetivos de cero emisiones netas y vincular la compensación de sus ejecutivos con los resultados obtenidos y verificados de su acción climática.
El informe también recomienda considerar la obligatoriedad de los criterios mínimos, es decir, pasar de iniciativas voluntarias al establecimiento de un marco obligatorio que regule la neutralidad de carbono para las grandes empresas e instituciones financieras. Así, aconseja empezar con los emisores empresariales más grandes, a quienes se debería exigir la verificación de sus compromisos y de sus informes de progreso que, a su vez, deberían requerirse anualmente.
El científico especialista en cambio climático y miembro del grupo de expertos Bill Hare, ha explicado que nadie puede negar la necesidad de reducir las emisiones de forma inmediata y drástica.
“Si la industria, las instituciones financieras, ciudades y regiones realmente cumplen con sus promesas sobre las cero emisiones netas, adoptarán estas recomendaciones”, considera.
Por su parte, la consejera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y ponente de la Plataforma UE sobre finanzas sostenibles, Helena Viñes-Fiestas, opina que las empresas e instituciones financieras, las ciudades y regiones que adopten estas recomendaciones serán aquellas que liderarán la transición energética y contribuirán a su aceleración. “Solo así nos aseguraremos de que todos aportamos nuestro grano de arena para reducir las emisiones y de que todas estas promesas voluntarias para alcanzar la neutralidad de carbono sean útiles”, ha indicado.
Finalmente, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha mostrado el pleno compromiso de España con acelerar la transición hacia las energías renovables, capaces de proteger a los ciudadanos de las crisis actuales, como la energética y la de seguridad alimentaria que asolan a nuestras economías.
“Para lograrlo, se requiere de una planificación sólida, fiable y transparente. Animo a todos aquellos que se han comprometido con objetivos de emisiones netas cero, a adoptar las recomendaciones y así poder demostrar la integridad y seriedad de sus promesas. Felicito al grupo de expertos por haber trazado el camino que se debe recorrer de forma equitativa para alcanzar la neutralidad climática”, ha celebrado.
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