En Colombia existen materiales para la construcción como los ladrillos ecológicos, que se han convertido en un producto de consumo importante, en el diseño de exteriores e interiores.
Son igual de resistentes a los tradicionales y su componente estético es muy llamativo. Lo que se resalta es que el impacto ambiental es menor. Y están catalogados como elementos fundamentales en la arquitectura sostenible, además, ayudan a ahorrar energía y compensan la huella de carbono.
Hay diferentes tipos, algunos están hechos de las cenizas del carbón, otros de cáñamo y paja, algunos de plásticos reciclados, también de arena comprimida y en el mercado se encuentran de muchos materiales novedosos.
También, los ladrillos ecológicos reducen emisiones de contaminantes a la atmósfera, tienen menor peso, menor costo, conservan el calor, resisten altas presiones y poseen gran tolerancia con los agentes naturales, de acuerdo a (Carrasco y Tinoco, 2018).
Este tipo de materiales ecológicos han tomado mucha fuerza en nuestro país y son incluidos en la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), en las nuevas edificaciones que le apuestan a la construcción sostenible ya que son amigables con el medio ambiente, representan un menor costo y apoyan fuertemente la economía circular.
Lo que debe tener en cuenta en un proyecto de impacto ambiental
La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) tiene un largo listado de requisitos que debe cumplir todo estudio de impacto ambiental, lo que implica mucho trabajo con diferentes áreas de conocimiento como ingenieros, geólogos, biólogos, economistas, abogados, arquitectos, Ongs, y sobre todo miembros de las comunidades del lugar. Es la única manera de conocer todos los niveles en que el proyecto podría impactar el territorio y por eso toma mucho tiempo hacer el estudio.
Estos son los pasos que se deben tener en cuenta:
Determinar qué es lo que existe en el área que podría resultar afectada: tipo de suelo, cantidad de árboles, cantidad de animales y especies, cuáles ríos y bosques hay. También se debe saber qué comunidades viven allí, qué cultivan y cómo viven; así mismo, si hay evidencia arqueológica, etcétera.
De esta forma, luego se estudia cómo esto se vería afectado por el proyecto, por ejemplo: un proyecto minero: qué pasa si el agua se toma de este río, si se talan los árboles de ese bosque, si se hace un túnel, una carretera; y con esta información se diseñan planes para prevenir, mitigar, controlar, o compensar los efectos negativos del proyecto y generar efectos positivos.
Finalmente, se propone un programa de seguimiento en el que participan todos los interesados para verificar que el plan de manejo es adecuado, de tal manera que se debe:
- Estudiar lo que hay
- Estimar los impactos
- Elaborar planes para manejarlos
- Definir un programa de seguimiento
Todo esto se le presenta a la ANLA para que tome la decisión de otorgar o no la licencia; allí la entidad pone en una balanza el proyecto estimando lo positivo y lo negativo para tomar la decisión. Para lo cual la ANLA evalúa el proyecto y envía al campo donde se va a ejecutar el estudio a los profesionales expertos que verifiquen la veracidad de la información para hacer sus propias mediciones y sacar sus propias conclusiones.
Se tiene que tener en cuenta que un Estudio de Impacto Ambiental, no es lo mismo que una Licencia Ambiental, ya que el estudio es la investigación previa y necesaria para entender la realidad, la licencia es la decisión final tomada por la ANLA.
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