Planta solar de Emcali en la subestación de Aguablanca. | Foto: EMCALI

En una apuesta por la justicia social, la sostenibilidad ambiental y la eficiencia energética, el Gobierno nacional, en alianza con EMCALI, ha puesto en marcha el programa “Hogares Energéticamente Sostenibles”, una iniciativa que ya transforma la vida de cerca de 2.000 familias en los barrios Llano Verde y Potrero Grande, en el oriente de Cali.

Este proyecto hace parte del programa Colombia Solar y busca reducir de forma significativa las facturas de energía eléctrica en sectores históricamente excluidos del sistema eléctrico tradicional. Gracias a la instalación de sistemas solares fotovoltaicos en viviendas de estas comunidades, los hogares han logrado disminuir su gasto energético hasta en un 60%, e incluso, en algunos casos, alcanzar el 100% de cobertura, eliminando por completo el costo del servicio.

El impacto económico directo ha sido evidente. Familias que antes destinaban hasta $230.000 mensuales al pago de electricidad, hoy pagan menos de la mitad. Es el caso de Bellanira Guzmán, residente de Llano Verde, quien relató: “Antes tenía que dejar de usar el ventilador o la licuadora porque el consumo se disparaba. Ahora, con la factura en $100.000, es una ayuda muy grande para mi familia”.

Además del ahorro en energía, algunos hogares han podido cubrir el costo del servicio de agua potable con el dinero ahorrado, logrando en ciertos casos no pagar por ninguno de los dos servicios.

Con una inversión total de $36.800 millones, financiada por el Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (FENOGE) con $25.760 millones y por EMCALI con $11.040 millones, la iniciativa se perfila como un referente en la implementación de energía limpia, confiable y asequible. A la fecha, se han instalado 1.860 sistemas solares, cada uno compuesto por cuatro paneles de 545 kWp, que brindan una capacidad de hasta 2,18 kWp por vivienda.

El ministro de Minas y Energía, Edwin Palma Egea, destacó que este modelo demuestra que es posible reducir el uso de subsidios sin afectar el acceso a la energía: “Las dos cosas son posibles: reducir el uso de subsidios, que es donde el Presupuesto General de la Nación juega un papel fundamental, y que la gente tenga energía barata gracias al sol”, señaló. También subrayó que este tipo de programas deben avanzar, aunque enfrenten resistencias de algunos actores del sector energético.

El impacto no solo se limita a los usuarios. Gracias a la autosuficiencia energética que promueven los paneles solares, el Estado logra un ahorro anual estimado en $1.279 millones para el Fondo de Solidaridad del sector eléctrico, una reducción considerable en la presión fiscal que representan los subsidios energéticos.

Por su parte, Ángela Patricia Álvarez, directora ejecutiva del FENOGE, resaltó la transformación que implica la autonomía energética en la vida de las personas: “Que una familia tenga acceso a luz, ventilación y refrigeración con menores costos representa una mejora real en su calidad de vida. Esto demuestra lo que es posible cuando el Estado y las empresas públicas trabajan de manera articulada”.

En el marco del proyecto también se ha implementado un plan integral de mantenimiento preventivo y correctivo, junto con un programa de Gestión Eficiente de la Energía (GEE), que incluye la sustitución gratuita de bombillas ineficientes por bombillas LED. Estos cambios no solo refuerzan el ahorro, sino que mejoran la iluminación y reducen el consumo eléctrico doméstico.

El gerente general de EMCALI, Roger Mina, afirmó que este esfuerzo conjunto posiciona a Cali como modelo nacional de equidad energética: “Gracias al trabajo articulado con FENOGE, hoy más de 1.860 hogares cuentan con paneles solares. Este proyecto demuestra que Cali puede ser ejemplo nacional en sostenibilidad y equidad energética”.

Desde una perspectiva ambiental, el beneficio también es notable. Se estima que cada hogar reduce anualmente 1,99 toneladas de emisiones de CO₂, lo que equivale a la captura de carbono que realizarían 95 árboles maduros. Así, el programa no solo representa un alivio económico, sino una contribución concreta a la mitigación del cambio climático.

Con una vida útil estimada de 20 años para los sistemas instalados, el programa proyecta beneficios de largo plazo tanto en términos sociales como ecológicos. Cali avanza, así, hacia un modelo urbano más eficiente, autónomo y justo, consolidándose como referente de la Transición Energética Justa desde lo local.