La Unión Europea pone su parte: en la sostenibilidad de diferentes regiones de Colombia

DeSIRA es una iniciativa de la Unión Europea que tiene como objetivo poder contribuir a la transformación sostenible, productiva y relevante para el clima de la agricultura y los sistemas alimentarios en países de ingresos bajos y medios. Sus esfuerzos se concentran en poner más ciencia en el desarrollo considerando que las soluciones para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son específicas del contexto.

Contribuye principalmente a la consecución de los ODS 1 (Fin de la pobreza), 2 (Hambre cero), 5 (Igualdad de género), 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), 13 (Acción por el clima) y 15 (Vida de ecosistemas terrestres). DeSIRA apoya proyectos de investigación e innovación en África, Asia, América Latina y fortalecer las capacidades de investigación y la gobernanza de la investigación que involucran a actores clave a nivel nacional, regional, continental y global.

Así mismo, el Proyecto ABRIGUE: fortalecimiento que transforma, financiado a través de la Iniciativa DeSIRA de la Unión Europea, busca contribuir a la adaptación al cambio climático de comunidades rurales por medio del desarrollo e implementación de agroecología y bioeconomía circular en territorios prioritarios de frontera forestal y marina, y aportar a la reducción de la deforestación con un enfoque multiescala y multi-actor que fomente la creación de capacidades, investigación, cooperación y política.

Durante su ejecución, ABRIGUE concentrará sus esfuerzos en el fomento de la innovación regional para el mejoramiento de producción agroecológica, el fortalecimiento de capacidades de los productores y sus organizaciones locales, el mejoramiento de cadenas de valor en cuanto a rentabilidad, resiliencia frente al cambio climático y su huella de carbono, y el desarrollo de capacidades, gobernanza y marco político al nivel nacional y regional; beneficiando a 4.182 familias rurales de los departamentos de Chocó, Meta y Caquetá.

Transformar sistemas productivos insostenibles hacia sistemas agroecológicos, de pesca artesanal marina sostenible y economías de base biológica o bioeconomía (AEBE) son el objetivo en común de la Amazonia y el Pacífico Colombiano. El trabajo conjunto de estas dos regiones es aumentar la competitividad y la productividad, a través de la construcción de redes de valor sostenibles que contribuyan a la seguridad alimentaria, la resiliencia a la variabilidad y el cambio climático, la reducción de la deforestación, y el uso y la conservación de la biodiversidad. ¿Cómo lograrlo?

A través del Proyecto ABRIGUE, el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI, coordinador nacional de la acción, junto al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, AGROSAVIA, el CIRAD y la Universidad Tecnológica del Chocó, se propusieron trabajar de manera estrecha con las comunidades de los municipios de Bahía Solano, Nuquí y Juradó para fortalecer las capacidades técnicas, organizacionales y del entorno político y de gobernanza, y así promover innovaciones AEBE en zonas de frontera forestal y marina.

Para Luz Marina Mantilla, directora general del Instituto SINCHI, la oportunidad es crucial ante la emergencia: “Como país hemos asumido compromisos para reducir las emisiones de gases efecto invernadero y mitigar el cambio climático. Hoy, desde el departamento del Chocó, nuestros esfuerzos como instituciones se articulan a través de la Iniciativa DeSIRA de la Unión Europea, para llevar a cabo un proyecto que representa la posibilidad de hacer transiciones agroecológicas hacia una bioeconomía pertinente para el desarrollo de las cadenas de valor y de la selva”.

Con una superficie conjunta de 578.107 km2 de selva y decenas de miles de especies, entre fauna y flora, registradas, la Amazonia y el Chocó biogeográfico colombiano se consolidan como regiones con alta biodiversidad y un elevado grado de endemismo. Sin embargo, las actividades económicas ejecutadas en ambos territorios, asociadas a la deforestación, la pesca industrial y la minería, han puesto en riesgo la conservación del potencial que poseen estas regiones en cuanto a la oferta de servicios ecosistémicos, claves para el bienestar de los habitantes locales de estas zonas del país, y estratégicos y de importancia mundial para la conservación de la diversidad biológica.

Bosques de manglar, bosques húmedos, páramos, ríos, corales e infinita diversidad animal, son parte de relación indisoluble entre los contextos biológicos y las prácticas culturales que se dan ambas regiones. Comunidades afro, habitantes históricos de estas zonas y, hoy, grupo beneficiario identificado dentro del Proyecto ABRIGUE, son representativas del establecimiento de una relación particular y armónica con la naturaleza, la conservación de ésta es muestra de ello. Ahora bien, la necesidad de establecer plataformas de co-innovación, dando lugar al diálogo de saberes y al fortalecimiento de capacidades locales como alternativas frente a la crisis producida por la explotación forestal intensiva, la pesca industrial y la minería, se da en aras de consolidar una estrategia frente a las actuales expectativas que las poblaciones locales tienen en función de la conservación de los ecosistemas, como bienestar humano, y la necesidad hacer uso de los recursos de manera sostenible para la generación de empleo y el desarrollo de ambas regiones y el país.