Por: Comunicaciones AFD (Agencia Francesa de Desarrollo)
Con el fin de contribuir al progreso económico, social y medioambiental de los países de ingresos bajos y medios, el grupo AFD financia y acompaña proyectos de desarrollo en todos los ámbitos: clima, biodiversidad, energía, infraestructura y movilidad sostenible, educación, desarrollo urbano, agricultura, agua y saneamiento, salud, tecnología digital, deportes, entre otros.
Uno de sus grandes sectores de intervención es el de desarrollo urbano, transporte y movilidad sostenible, desde donde acompañan a países como Colombia en sus ciudades principales e intermedias a asegurar y garantizar el acceso a sistemas de transporte dignos, seguros, respetuosos, sostenibles y eficientes para mejorar la calidad de vida y vida diaria de la población y preparar las infraestructuras para un mejor futuro.
Movilidades y Transportes
La movilidad de las personas y de los bienes, es indispensable para acceder al empleo y a los servicios básicos, para el funcionamiento de la economía productiva, y para que las ciudades permanezcan eficientes y habitables.
La AFD apoya los sistemas de movilidad que combinan infraestructuras, servicios y reglamentaciones para que los desplazamientos de cada actor puedan realizarse con soluciones eficaces, equitativas y sostenibles.
Promover ciudades habitables e incluyentes
Para el 2050, el 70% de la población mundial vivirá en ciudades. El 90% de los 2.7 mil millones de nuevos habitantes urbanos, vivirá en algún país en desarrollo. Resulta entonces crucial en los países del Sur, preservar, construir y recuperar las ciudades “habitables”, pese a un rápido desarrollo económico y a un incremento en los flujos urbanos (de personas y mercancías); tanto en las megalópolis que ya están construidas, como en las ciudades secundarias con gran crecimiento; tanto en los grandes países emergentes, como en los más pobres.
La AFD ha financiado hasta ahora principalmente las infraestructuras de transportes colectivos “de masas” (metro, tranvía, autobús con vía propia). El nuevo marco de intervención extiende el área de trabajo para que la AFD:
- Respalde la elaboración e implementación de políticas públicas de movilidad sostenible a escala nacional y local (planificación, gobernanza, mecanismos de financiamiento, fortalecimiento de los actores).
- Financie el conjunto de elementos que constituyen una política de movilidad sostenible: optimización de los flujos de vehículos, rutas exclusivas para peatones y ciclistas, movilidad eléctrica, etc.
- Ponga la movilidad al servicio de la “calidad de la ciudad” y construya una visión a largo plazo que integre transporte y urbanismo (planificación).
- Apoye la modernización del transporte artesanal e informal, principal medio de transporte urbano en los países del Sur.
- Busque integrar de forma sistemática la innovación en materia de transformación digital y energética de los servicios de movilidad.
Desarrollar el potencial del territorio nacional
El desarrollo económico de un país, a escala nacional, reside en la conexión y valorización de los principales y secundarios polos de desarrollo, con el objetivo de ofrecer una distribución equilibrada de las zonas que concentran los empleos, los servicios y por ende a la población; un desarrollo que se base en “conectores” como carreteras, vías del tren e incluso vías navegables.
En los países del Sur, el rápido desarrollo de las “pequeñas ciudades” o pueblos es un desafío mayor, que va más allá del de las megalópolis y ciudades capitales. Los servicios de transporte son esenciales en estos lugares para garantizar a todos un acceso a los servicios, empleos y mercados para la producción agrícola local.
En este marco, nuestra acción consiste en:
- Consolidar las redes nacionales privilegiando la rehabilitación y el fortalecimiento de las estructuras existentes.
- Mejorar el acceso del mundo rural para facilitar su integración al territorio.
- Promover el mejoramiento de la gobernanza de los operadores públicos, especialmente en lo que concierne a las políticas de mantenimiento.
- Integrar la seguridad vial de manera más ambiciosa.
- Facilitar el surgimiento de proyectos de mejoramiento de la eficacia energética de operadores públicos y privados.
Integrar las economías a los intercambios mundiales
Con más de 10 mil millones de toneladas transportadas, el transporte marítimo representa actualmente en volumen, cerca del 90% del comercio mundial: es la columna vertebral del desarrollo económico de los países. Paralelamente, el flete aéreo representa volúmenes bajos, pero con un fuerte valor agregado (35% del valor mundial). El transporte aéreo de pasajeros, por su parte, está en expansión con 3 000 millones de pasajeros transportados. En total, el transporte aéreo generaría cerca del 35% del PIB mundial.
Sacar del aislamiento e integrar los intercambios internacionales, son condiciones para desarrollo económico, especialmente para los territorios insulares y África, ya que ésta sufre del retraso de sus infraestructuras. Nuestra intervención tiene los siguientes objetivos:
- Poner fin a la situación de aislamiento de los territorios para asegurar su correcta integración en los intercambios económicos internacionales.
- Favorecer el impulso de los intercambios internacionales de las grandes plataformas portuarias y aeroportuarias, en el desarrollo equilibrado de los territorios, a través de una mejor integración con las redes ferroviarias y carreteras.
- Apoyar a las autoridades locales para mejorar la eficacia de los corredores logísticos regionales.
- Acelerar la necesaria transición energética de los sectores marítimos y aeroportuarios.
- Mejorar la seguridad y protección del transporte internacional.
Acelerar la transición energética
El sector del transporte produce el 23% de las emisiones mundiales relacionadas con la producción de energía. Es el sector en el que estas emisiones aumentan con mayor rapidez, principalmente en los países emergentes: la galopante urbanización, conjugada con el desarrollo económico, se traduce en una demanda de movilidad y una motorización individual en gran aumento. Sin acciones decididas, estas emisiones aumentarán en un 140% de aquí al 2050 y 90% de ellas se generará en los países del Sur.
Las soluciones para una movilidad reducida en carbono existen; combinan cuatro dimensiones clave para la transición energética de este sector:
- Evitar los desplazamientos motorizados de personas y bienes planificando un urbanismo más compacto y mixto, o favoreciendo soluciones a distancia (teletrabajo, gobierno electrónico, etc.)
- Transferir los desplazamientos hacia formas reducidas en carbono, financiando una red de transporte público colectivo de calidad y disuadiendo el uso de automóviles individuales en los centros urbanos.
- Mejorar los factores de emisiones de los vehículos y de los carburantes a través de la modernización de las flotas, de la promoción de motorizaciones bajas en carbono (movilidad eléctrica, híbrida o de gas), y de la reglamentación.
- Facilitar estas acciones a través de un gobierno eficiente, integrado y responsable; y a través de la implementación efectiva de las medidas previstas, y de la evaluación de sus impactos.
Rápido crecimiento de la población, globalización de los intercambios… La necesidad de movilidad de las personas, como de los bienes, no cesa de aumentar. Para el 2030, el tráfico anual de pasajeros aumentará en un 50% con respecto al 2015; el flete aumentará más del 70%. Habrá 1,2 mil millones de automóviles adicionales en las carreteras.
Son numerosos los desafíos. Aún en la actualidad, la mayor parte de la población africana no tiene acceso a carreteras transitables todo el año, que estén a menos de 2 km de distancia, los barrios pobres de las grandes ciudades en desarrollo no están conectados con las oportunidades económicas y sociales. Garantizar un acceso universal a la movilidad significa invertir enormes sumas de dinero en infraestructuras y servicios de movilidad, y también ser capaces de asegurar el mantenimiento de estas redes. Los sistemas de movilidad deben ser eficaces tanto en su concepción, como en su explotación. Además, las cuestiones de seguridad son más importantes que nunca, tomando en cuenta las cifras de mortalidad en carretera. Finalmente, el último desafío es medioambiental: el sector vial sigue siendo un gran consumidor de energías fósiles (1/3 de las emisiones fósiles), y debe integrar la lucha contra la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto de invernadero.
Para responder a estos desafíos, la AFD apoyará el desarrollo de sistemas de movilidad:
- Incluyentes y por ende accesibles a todos: con un buen servicio de transporte y una tarificación adaptada.
- Bien administrados, eficientes y con buen rendimiento.
- Seguros y protegidos, que incluyan medidas de “seguridad vial” y de lucha contra la inseguridad de las mujeres en los transportes y espacios públicos.
- Sostenibles, a través de soluciones capaces de reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero provenientes del transporte urbano.
En 2022, nuestros financiamientos destinados al sector de la movilidad y al de los transportes sumaron 1 800 millones de euros y se caracterizan por enfocarse en proyectos de movilidad urbana.