Las exportaciones de moda de Colombia han experimentado un retroceso significativo entre enero y noviembre de 2024, con una caída del 7,3% en comparación con el mismo período de 2023. De acuerdo con cifras de la DIAN, respaldadas por el análisis de Analdex, las exportaciones de confecciones, textiles, calzado, cuero y sus manufacturas sumaron US$743 millones, frente a los US$801 millones reportados en 2023. A pesar de los esfuerzos de la industria local, los datos reflejan un año complicado para el sector, que enfrenta dificultades logísticas, aumento de costos y una competencia creciente en el mercado internacional.
El descenso en las exportaciones afecta a una industria que históricamente ha sido clave para la economía colombiana. La caída de las ventas no es solo un reflejo de los retos internos, sino también de las condiciones cambiantes en el mercado global. Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, destacó que el desempeño de las exportaciones de moda sigue mostrando cifras en rojo, aunque las expectativas para 2025 siguen siendo positivas.
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Díaz explicó que, a pesar de la disminución generalizada en las exportaciones, algunos productos han mantenido un desempeño notable. “Los productos como ropa de tocador o de cocina, con un crecimiento del 18,7%, y los tejidos de punto, con un aumento de 12,7%, siguen mostrando una tendencia favorable”, señaló Díaz. No obstante, otras categorías, como las fajas y los sostenes, enfrentaron caídas significativas en sus ventas internacionales, con descensos de hasta el 23,7% y 3,2%, respectivamente.
Uno de los factores que ha afectado negativamente la competitividad del sector es el aumento de los aranceles, especialmente el 40% sobre las importaciones de prendas de vestir. Según Díaz, aunque esta medida tenía la intención de dinamizar la industria local, no ha producido los resultados esperados. “El arancel del 40% no ha logrado el objetivo que se había propuesto al principio de estimular la producción local. En muchos casos, lo que ha sucedido es que ha incentivado el contrabando, lo que a su vez afecta negativamente a las empresas legales”, afirmó.
Este incremento en los costos de importación ha tenido un impacto directo en las operaciones de las empresas que dependen de materias primas extranjeras. En particular, los aranceles sobre materiales y productos terminados han elevado los costos de producción, lo que ha hecho más difícil competir, especialmente en mercados con precios más bajos.
A pesar de los contratiempos, las perspectivas para 2025 son más alentadoras. Javier Díaz mostró su optimismo sobre el futuro del sector, destacando la calidad y el diseño que caracteriza a la moda colombiana. “Esperamos que 2025 sea un mejor año para las exportaciones, dado el potencial que tiene nuestra industria. Los principales compradores siguen siendo Estados Unidos, Ecuador, México y Perú, mercados que han demostrado ser muy receptivos a las prendas colombianas”, comentó Díaz.
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El sector de la moda en Colombia enfrenta un año desafiante, pero las empresas del sector siguen luchando para adaptarse a las nuevas circunstancias. A pesar de la caída en las exportaciones y los problemas logísticos, la calidad de los productos colombianos, sumada a la constante innovación y la diversificación de mercados, ofrece un horizonte prometedor para los próximos años.
Como concluyó Díaz, “la industria de la moda colombiana tiene mucho que ofrecer. Es crucial seguir apostando por la calidad, la sostenibilidad y la expansión hacia nuevos mercados para superar los obstáculos y retomar el camino del crecimiento”. Con un enfoque estratégico y un apoyo adecuado a las empresas, 2025 podría ser un año clave para la recuperación del sector.