El PIB mantuvo un crecimiento anual de dos dígitos, no solo impulsado por la baja base estadística, sino también por la buena dinámica en el margen. En términos anuales, creció 13,2%. Y, respecto al segundo trimestre, creció 5,7%.
El consumo privado se ubicó en el 107% del nivel que tenía antes de la pandemia y el consumo público se mantiene muy fuerte gracias a los gastos asociados al programa de vacunación. Al contrario, la inversión, aunque recuperándose, sigue limitada por la construcción no residencial y aún no logra sus niveles pre-pandémicos.
La demanda interna siguió creciendo por encima del PIB (16,8% vs. 13,2% anual), pero esta vez la diferencia fue menor que en el trimestre anterior. Esto tiene que ver con el importante repunte de las exportaciones y el mayor consumo de servicios, estos últimos con un componente menor de importaciones. No obstante, la contribución de la demanda externa al PIB sigue siendo negativa, aunque menor que hace tres meses.
La demanda interna sigue impulsada, principalmente, por el consumo final, que creció 20,0% anual (20,2% el privado y 19,1% el público) y 4,1% intertrimestral, con un avance significativo del consumo público (+10,3% t/t), asociado con la continuación del programa de vacunación.
La inversión, que creció 7,5% anual, mantiene una gran heterogeneidad en sus componentes y no recuperó todavía el nivel que ya había alcanzado en el primer trimestre, antes de los impactos de los problemas logísticos asociados al paro nacional y la caída temporal en la confianza empresarial entre abril y mayo.
La inversión en construcción de vivienda se recuperó después del fuerte retroceso del segundo trimestre, pero aún no retornó a los valores que había consolidado en la recuperación de finales de 2020 e inicios de 2021. La inversión en edificaciones no residenciales y obras civiles tuvo caídas, tanto interanual como trimestral.
El sector de las obras civiles, está bastante rezagado en la recuperación y necesitará del compromiso de los gobernantes nacionales, regionales y locales para relanzarlo como un sector que apoya la reactivación económica de otras actividades, tal como ha sucedido en otros países y en Colombia en el pasado.
El mejor desempeño exportador y la fuerte demanda interna impulsaron el crecimiento de la industria y el comercio, los rubros con los mejores resultados en el trimestre, tanto en términos anuales como trimestrales. Entre las 12 grandes ramas de la economía, solo la minería y la construcción no lograron retornar a los niveles que tenían antes de la pandemia.
Sorprende que el sector de entretenimiento es el que mayor recuperación tuvo por el auge de los juegos de azar en línea, a lo cual se ha unido recientemente el gradual dinamismo de otros servicios con mayor interacción social. La industria manufacturera está en el segundo escalón y se ubica un 10% por encima de su nivel de antes de la pandemia.
BBVA Research espera un crecimiento de 9,2% para todo el año 2021. El consumo de los hogares se consolidará como el principal impulso al crecimiento, para dar paso al mayor protagonismo de las exportaciones y la inversión en 2022. Para 2022 esperamos una expansión de 4,0% en el PIB.