Hacer nuestro mejor esfuerzo para prevenir el cambio climático no es una tendencia, es una necesidad. Si queremos ser la generación reconocida por hacer todo lo posible para evitar o incluso lograr detener el sobrecalentamiento del planeta, entonces debemos hacer algunos cambios. Muchos grandes y muchos pequeños, una decisión a la vez, cada día.
Tomemos como ejemplo estar atrapado en tráfico. Una realidad cotidiana para las personas que viven en megaciudades de todo el mundo. Un estudio del MIT sugiere que dejar el automóvil estacionado de manera segura en casa y utilizar los servicios de movilidad a través de aplicaciones, puede reducir la cantidad de automóviles en las calles en un factor de tres.
Los estudios de transporte cifran el costo anual de la congestión vial en $160 mil millones, que incluyen 7 mil millones de horas de tiempo perdidas sentados en el tráfico y 3 mil millones de galones adicionales de combustible quemado. ¡Imagínense eso! 7 mil millones de horas perdidas en el tráfico… Imaginen las cosas que podríamos estar haciendo, los pasatiempos que podríamos haber disfrutado y el tiempo extra que podríamos haber aprovechado con nuestros seres queridos.
En el informe “Las ciudades más lentas del mundo para viajar en automóvil” de Moneybarn, cinco de cada diez países que componen la lista se encuentran en América Latina, la cual se elaboró teniendo en cuenta el tiempo gastado en el tráfico y el consumo de CO2. Bogotá, Colombia, por ejemplo ocupa el segundo puesto de la lista, mientras que Perú y su capital, Lima, ocupó el puesto más alto en el informe.
El Futuro en América Latina es eléctrico
América Latina alberga a más de 650 millones de personas, de las cuales el 83% vive en áreas urbanas; para 2050, esto podría subir al 90 por ciento, predice ONU-Hábitat. Pensemos en esto: casi el 30% del tráfico en las grandes ciudades urbanas se debe a conductores frustrados que deambulan en busca de un lugar para estacionar.
Según el informe de gases de efecto invernadero de 2019, un automóvil de gasolina promedio produce el equivalente a 180g de CO2 por kilómetro. Los números hablan por sí solos. Cabría preguntarse si los servicios de movilidad a través de aplicaciones son la solución para reducir las emisiones de CO2.
Como ocurre con todos los problemas, hay diferentes voces y diferentes informes que apuntan a varias direcciones. Sin embargo, una característica en común de todos ellos es la necesidad de pasar a cero emisiones de carbono. Aquí radica la relevancia de la electromovilidad. Los datos revelan una oportunidad única de escalar para América Latina. Para el 2025, se espera que el mercado de la movilidad eléctrica en la región alcance las 114.700 unidades, a una tasa de crecimiento anual del 25%.
Las empresas del sector de movilidad son las primeras que deben apostarle a que la movilidad en las megaciudades modernas se electrifique, haciendo su mejor esfuerzo todos los días para construir un medio ambiente más sostenible. Desde el primer día, nuestra compañía está hiperconcentrada en América Latina y comprometida con transformar el futuro de la movilidad. Hace un año decidimos dar el primer paso hacia la redefinición de la movilidad. Nuestra primera parada fue la Ciudad de México, presentando Beat Tesla, el primer y más grande servicio privado de vehículos totalmente eléctricos en América Latina. Un año después, estamos muy orgullosos de que este modelo de negocios se haya convertido en un aliado importante para el país y que a la fecha, haya permitido el ahorro de 33.800 g de emisiones de CO2.
De modo que, desde esta industria miramos hacia el futuro sonriendo, y cuando nos preguntamos #ADóndeVamos nos preocupamos profundamente por nuestras comunidades y nos esforzamos por apoyarlas mediante el desarrollo de soluciones inteligentes. La tarea es trabajar constantemente para crear estratégicamente una cartera completa de servicios sostenibles, ofreciendo una gran variedad de soluciones que cubran todas las diferentes necesidades de movilidad. Estamos comprometidos a continuar nuestro camino redefiniendo la movilidad y seguir sacudiendo las aguas de lo conocido hasta ahora. ¡La movilidad está cambiando y a futuro solo puede ser sostenible!