Foto: tomada de europapress.com
Eduardo Bolsonaro, diputado federal por Sao Paolo e hijo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha compartido un vídeo en sus redes sociales en el que Steve Bannon, el que fuera asesor ideológico del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, defiende las protestas en Brasil, que cuestionan los resultados de las últimas elecciones.
“Si las máquinas de votación electrónica solo estaban bien vistas por unos pocos países, ahora ningún país serio las adoptará”, ha dicho el hijo de Bolsonaro en su perfil oficial de Twitter, comentando un vídeo en el que Bannon alude a las protestas como una acción legítima para reclamar que se siga la Constitución del país.
El hijo de Bolsonaro ha precisado en la misma red social que “la censura se avecina”. “Pero no se equivoquen, esa es la opinión de la mayoría en el extranjero. La prensa internacional más libre ha cubierto mejor nuestras elecciones”, ha declarado.
En el vídeo compartido por el brasileño, Bannon asegura sin pruebas que “una vez que se empiezan a digitalizar las elecciones no se tienen pruebas sobre la identidad” de los votantes. “Todo eso se hace por una razón: para robar las elecciones”, ha dicho el ex asesor de Trump.
Bannon, que ayudó a dirigir la campaña de Trump en 2016 y fue su principal estratega político hasta que dejó la Casa Blanca en 2017, fue sentenciado por un tribunal estadounidense a cuatro meses de cárcel y 6.500 dólares (6.600 euros) de multa por desacato al comité que investiga el asalto al Capitolio.
A pesar de que Bannon ya no trabajaba para la Casa Blanca en el periodo que se investiga, el comité de la Cámara de Representantes sostiene que mantuvo una conversación con Trump en los momentos previos al asalto al Capitolio, estando también presente en la sala del hotel Willard, en Washington, en la que se reunieron varios socios del magnate, mientras se producían los incidentes.
La derrota del expresidente Trump en las urnas y sus constantes denuncias de fraude electoral por supuestas irregularidades en la votación, nunca aceptadas por los tribunales, fueron uno de los detonantes de la insurrección del 6 de enero, que se saldó con varios muertos.