Foto: tomada de europapress.com
El Gobierno ha celebrado la decisión de Gobierno y oposición en Venezuela de retomar el diálogo en México y ha puesto su “capacidad de interlocución” al servicio de las partes en caso de que estas lo consideren necesario.
“El Gobierno de España celebra la reanudación del proceso de negociación en México entre el Gobierno y la oposición venezolana”, ha señalado el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado, después de que Noruega, país facilitador en el proceso, haya confirmado que las partes se reunirán el sábado en el país azteca.
Para el Ejecutivo español, “el Gobierno y la oposición de Venezuela han dado hoy un paso muy importante en la reconciliación del país al retomar las negociaciones de México”, que quedaron suspendidas en agosto de 2021.
Así las cosas, Exteriores ha recalcado que “España seguirá trabajando para fortalecer al diálogo en esta nueva etapa, poniendo su capacidad de interlocución al servicio de las partes y contribuyendo a crear las condiciones necesarias para que las negociaciones sean exitosas”.
Precisamente, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se reunió el pasado 11 de noviembre en París con los negociadores del Gobierno de Nicolás Maduro y de la Plataforma Unitaria que aglutina a los principales partidos de la oposición, Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde, respectivamente.
Albares tuvo ocasión de hablar por separado con ambos y de mantener un encuentro a tres previo a otro organizado por el presidente francés, Emmanuel Macron, y en el que también participaron el mandatario colombiano, Gustavo Petro, y el argentino, Alberto Fernández. El ministro les trasladó a ambos la “plena disposición de España para acompañar el proceso”.
El Gobierno español no ha reconocido las elecciones en las que Maduro fue reelegido en 2018 y en un primer momento reconoció a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional elegida en 2015, como presidente encargado de Venezuela después de que este se autoproclamó como tal en enero de 2020.
No obstante, en los últimos tiempos ese reconocimiento quedó en papel mojado, quedando Guaidó relegado al papel de interlocutor dentro de la oposición.