Juan Manuel Santos, gestor de la guerra de pandemia

Tras ver las consecuencias que estamos atravesando gracias al tratado de La Habana, muchos se preguntan si en realidad ese pacto fue de paz o si simplemente fue el peldaño final y más grande para obtener un premio Nobel que no está haciendo el más mínimo merito a su nombre, con respecto a la situación que atraviesa el país por el cual se obtuvo.

Dentro del sin número de triquiñuelas y mecanismos utilizados por Juan Manuel Santos hay una gran cantidad de inconsistencias, que aún después de tres años terminado su mandato, cada vez se tornan más confusas, enredadas e inentendibles para la percepción de todo aquel que se pregunté, si en realidad Juan Manuel Santos quería La paz o quería la guerra.

Los grandes contrastes que se han evidenciado en la moralidad de Santos van desde sus desempeños como ministro de defensa estratega, bombardero aniquilador y acorralador de guerrilla, hasta su paternal metodología para conducir a un movimiento insurgente que ya posaba reducido y debilitado a un proceso de FALSA paz que lo revivió, lo empoderó y fortaleció, entonces aquí no entendemos como Santos pasó de invertir sus más especializados dotes, en ultimar bandidos, a demostrar sus más grandes sensibilidades y comprensiones con guerrilleros que hoy están burlando la ley, o en el congreso gozando de innumerables beneficios que hasta el sol de hoy, ni el más ponderado héroe de la república de Colombia en todos los tiempos ha tenido.

Un estratega temible

Es probable que muchos no sepan, quien fue el personaje más importante tras el elaborado esquema para la caída del mono Jojoy, en medio de lo que fue uno de los operativos que más alivio y descanso dio a Colombia; sin embargo existen bajo la mesa miles de misterios qué muchos no conocen, por lo cual pretendo hacer un breve bosquejo, y decidí tomar como ejemplo el proceso por medio del cual se abatió al máximo líder guerrillero Víctor julio Suarez rojas alias mono Jojoy, en circunstancias como de película y bajo una estrategia cinematográfica, esto con el fin de ponderar las capacidades del jefe de estado que teníamos para la época y su gran capacidad e inventiva para dar en el clavo en lo que se propone y sobre todo en lo que le conviene.

Empecemos:

El comandante del frente oriental guerrillero era un hombre que padecía de síndrome de pie plano, lo cual es una dolencia bastante común, pero que a la hora de ejecutar una inmensa estrategia fue la pieza clave.

Todo comenzó gracias a la infiltración de un elemento humano fundamental dentro del frente de las FARC que militaba para el mono Jojoy y el objetivo de él, era hacer llegar a los pies del comandante guerrillero aquel insumo por medio del cual se podría dar con su paradero y aunque esto, era muy difícil de pronunciar o escribir, a la hora de llevar a la práctica, era casi imposible, pues debía atravesar un sin fin de etapas y laberintos para poder llegar al destino esperado y cumplir con su cometido. El líder guerrillero siempre usaba botas ortopédicas para poder superar su dolencia, pese a que las condiciones del monte requieren aptitud y capacidad para poderse desplazar en momentos de emergencia; él tenía que mantener calzado adecuado y especial que le facilitara la movilidad para poder salvaguardar su vida en caso de una emboscada.

Finalmente tras lograr estar dentro de los comités que procuraban el abastecimiento de insumos y medicamentos a los campamentos, obviamente con la ayuda de personal calificado y una larga investigación, se logró dar con el paradero de Víctor julio Suarez rojas, gracias a la persona que le haría llegar aquellos elementos necesarios para poder desempeñarse como máximo jefe guerrillero; sus preciadas y medicadas botas con un chip de localización, las cuales pasaron estrictos controles de calidad y manipulaciones por parte del equipo de seguridad del frente oriental, para asegurarse de que al soberano mono Jojoy, no le llegara un elemento nocivo o algún explosivo que pudiera atentar contra su vida, sin embargo así fue que Bloom! Cayo el máximo líder guerrillero, uno de los que más daño había hecho a Colombia y sobre todo burlado la justicia, porque ni una rata de fabrica abandonada se escondía tan bien y solo Juan Manuel santos, pudo materializar todo un propósito que llevo a quitarle de encima a Colombia uno de los personajes más nocivos y el brazo más importante que le quedaba a las FARC.

Un giro inesperado

Nunca pensábamos que aquel ministro de defensa que avaló y supervisó la operación, jaque, la baja a Raúl reyes y negro Acacio y la operación fénix entre otros, sintiera la repulsiva necesidad de inventarse un acuerdo de “paz”, cuando recibió el país literalmente en paz y darle largas a un movimiento de delincuentes, cuando el, más que nadie, sabía que solo funcionaban bajo mano dura y en su primer periodo había seguido el lineamiento de su ministerio, con el operativo contra el mono Jojoy y con la posibilidad de haber sido para Colombia un símbolo de justicia y sustancialidad.

Un premio nobel, a cambio de condenar su vida y su historia

Tras el acuerdo de la habana, se burló un importante plebiscito, se pisoteó la democracia, se agredió la integridad de las víctimas y se despilfarró el presupuesto nacional, se sobornaron los medios de comunicación, se empoderó la justicia con materia humana inmoral y se preparó todo el escenario necesario para la farsa más repugnante que ha tenido el país y sus consecuencias:

Una guerrilla empoderada, y peor aún, también guerrillas viejas como el m19 fortalecidas y resucitadas, una economía enferma y cicatrizada que no tenia fuerza para asumir una crisis mundial como la pandemia, un nuevo presidente que recibe un país lleno de detractores, con poder mediático y generadores de obstáculos políticos, una juventud adoctrinada, aliada con lo inmoral e inadecuado, una cultura tendiente a normalizar lo anormal y todo un derrame de consecuencias típicas del gobierno anterior pero endilgadas al presidente actual, más la persecución al presidente para el cual, él como ministro apoyó y escoltó dando credibilidad y fuerza… aunque años después se contradijera desmintiéndolo y difamándolo.

Un ser hábil para fraguar y acribillar, con una capacidad impresionante para matar, que nos hizo creer que era un hombre de paz inteligente, pero bruto para definir su vejez y el futuro de su descendencia, porque siempre será aquel que masacró a unos guerrilleros para después ser alcahuete con otros, (los más criminales) permisivo con los cultivos ilegales, malcriador con la farándula y el fabricante de mermelada más grande del mundo.

Nunca le perdonaremos la situación en la que estamos por su culpa, cuando el sabe mas que nadie que la verdadera paz se logró más, con seguridad democrática, que con fraude, abuso de confianza, oclocracia, demagogia e impunidad; millones de colombianos damos y daremos siempre fe, de ello, el nunca quiso la paz, el sabía que siempre vamos a estar en guerra, el siempre ha sido un hombre de violencia física y moral.

Volvimos a los homicidios, las emboscadas, los secuestros, la persecución a la fuerza publica, la inseguridad y las crisis de salud, económicas y sociales, poco importaría si ese premio se lo quitaran, mejor sería que le cambiaran el nombre como premio Nóbel de la guerra, porque estoy segura que de no haber sido por su falsa paz esta pandemia seria mas llevadera para Colombia.

@Vahiaaa