Cuatro fantasmas de la era Uribe que regresaron con Duque, según la BBC

Escuchas ilegales, persecución política, reactivación del paramilitarismo y falsos positivos, son los cuatro fantasmas del pasado que acechan a la Colombia de hoy, según se desprende de un completo informe de la BBC de Londres.

Las “chuzadas”

De acuerdo con la publicación, “el domingo, la revista Semana denunció que el ejército realizó escuchas ilegales conocidas como “chuzadas” a jueces, políticos y periodistas.

Citando fuentes anónimas del ejército y a algunos de los ejecutores del esquema de interceptaciones, el reportaje asegura que la unidad militar usaba tecnología de punta para la persecución personalizada de personas críticas del oficialismo.

Las detenciones que despertaron el fantasma de los desaparecidos y secuestrados en Colombia

Duque respondió a la publicación diciendo que “donde haya manzanas podridas, hay que aplicar sanciones ejemplares” y el ministro de Defensa, Carlos Holmes, condenó “todo acto violatorio de la Constitución, los derechos humanos y la ley”, explica el informe de la BBC.

Los falsos positivos

En 2006, diferentes medios de comunicación dieron a conocer investigaciones de la Fiscalía según las cuales una brigada del ejército secuestraba jóvenes de sectores marginales, los torturaba y mataba para luego presentarlos como guerrilleros.

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“Positivo” en jerga militar es “baja enemiga” y fue así como se dio a conocer el escándalo de los “falsos positivos”, promovido por un esquema de cuotas durante los gobiernos de Uribe que daba recompensas económicas a quien ejecutara guerrilleros o paramilitares.

Una investigación del Congreso calcula que más de 2.000 personas resultaron víctimas de un escándalo que en 2017 dio con las primeras condenas: 21 militares, entre ellos un coronel.

Recientemente, el fantasma de los falsos positivos reapareció.

Persecución política

La persecución política fue una constante del conflicto armado en Colombia: decenas de políticos, periodistas y líderes sociales fueron asesinados por guerrillas, paramilitares y agentes del Estado.

Desde la firma de la paz, sin embargo, las ejecuciones selectivas se han mantenido. Y las principales víctimas han sido las personas que apoyan a las comunidades en el interior del país.

Aunque el gobierno destaca que en 2019 hubo un descenso del 25% en asesinatos de líderes sociales, la cifra entre 2016 y 2018 fue de 635 líderes asesinados, según Human Rights Data Analysis Group.

Dependiendo de la fuente, entre 700 y 900 líderes sociales fueron asesinados desde 2016.

Y no fueron son solo ellos: según cifras de la ONU, 77 exguerrilleros han sido asesinados desde la firma de la paz.

El fin semana, los medios reportaron un supuesto plan de atentar contra la vida de Rodrigo Londoño (“Timochenko”), el exlíder de las FARC que se ha acogido a las pautas del proceso de paz.

El paramilitarismo

La etapa más violenta de la guerra en Colombia fue durante el apogeo de los movimientos antisubversivos al margen de la ley, los paramilitares.

Según la ONU, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el principal grupo paramilitar, son responsables del 80% de las 214.000 muertes de civiles durante la guerra.

Muchas veces con complicidad del ejército, los paramilitares realizaron masacres, torturas y desapariciones forzadas en su intento de acabar con las guerrillas.

Durante el gobierno de Uribe, firmaron un acuerdo de paz con el Estado y las AUC se desmovilizaron. Pero muchos de sus combatientes siguieron vinculados al narcotráfico y crearon nuevos grupos armados, como El Clan del Golfo, Los Rastrojos y Las Águilas Negras, entre otros.