La niña se hizo grande, o para ser más exactos, más grande, porque María Andrea Nieto da la sensación de que habla con una seguridad y firmeza inusual para una política de su edad. Forma parte de esa generación de jóvenes que quieren cambiar las cosas, huir de los favores, de las mermeladas, de la vieja política.
Hace poco más de un año saltó a los focos de todos los medios de comunicación por su ‘guerra abierta’ a la corrupción en el SENA, organismo que dirigía. Las acusaciones, hoy en el juzgado, se dirigían a las más altas instancias de Casa Nariño, lo que sin duda fue un mal trago para el presidente Santos, que la sacó del cargo de manera fulminante. Según ella, esa lucha implacable contra la corrupción es el mejor “aval político que puede presentarle a los ciudadanos de Bogotá”.
Nos cita en el parque central de Suba por su simbolismo. Es la localidad más poblada de Bogotá y “la más abandonada”, según nos declara esta bogotana ‘cuarentona’, quien también se declara ‘feminista’ y está convencida de que será la primera alcaldesa electa de la capital. Confianza en sí misma no le falta.
