Tengo un bloqueo. Siento que la actualidad política, la española y la europea me supera. No sé si es que la táctica de Pedro Sánchez logra ejercer hastío también sobre mí; me confunde, me aturde y a veces me cuesta seguir el hilo de los hechos.
Hace una semana el PSOE perdía las elecciones europeas, otras más, y lejos de hacer examen o análisis DAFO sus líderes siguieron mirando pa´lante con la poca vergüenza que les caracteriza.
A los pocos días, el rey Felipe VI sancionaba, esto es, dejaba su rúbrica en la ley de Amnistía, esa que elimina de un plumazo los delitos del golpe de estado que dieron los catalanes en 2017: El poder judicial no se pone de acuerdo en cómo aplicarla y a la vez, muchas voces empiezan a levantarse en contra de la Monarquía que tenemos porque dicen unos que el rey no guarda la Constitución, y otros que la República es la mejor forma de gobierno. Estaba claro que iba a pasar; una vez más los socialistas de ahora, los cortoplacistas y aplaudefocas, se ponen de perfil, cuando los republicanos alzan sus voces y banderas en contra de la única Institución del Estado que parece funcionar bien y con dignidad: la Monarquía. Es una pena que sea meramente representativa, porque España necesita un líder como el Rey que aúne y no divida. Preparado y que su verdadera razón de ser sea representarnos a todos sin ideologías o egocentrismos autoritarios y de evolución totalitaria.
Este domingo las voces de la izquierda republicana más radical, esa que arremete contra todo lo establecido se alzaban optimistas ante la concentración que habían organizado en pro de una república española. Cuatro gatos trasnochados, oiga. Pero ya se sabe, según a quién usted lea de dirán que fueron más. Las niñas de Podemos a la cabeza. Esas que no son nada y siempre quisieron ser princesas.
En el fondo creo que estas niñas y sus deseos republicanos son la mejor de las garantías para mantener la Monarquía, pues no hay mejor campaña a favor de Sus Majestades que escuchar y leer la cantidad de sandeces que dicen en sus manifiestos. Cada vez que hablan hay conversos a la Monarquía Parlamentaria.
10 años de FelipeVI
Es todo muy oportunista pues esta semana, el día 19 de junio, se cumplirán 10 años de la proclamación de Felipe VI como Rey de España, después de que su padre abdicara y se marchara – por imperativos de la izquierda envidiosa – a Oriente Medio y se convirtiera en un rey mago de la noche a la mañana (pues aparece y desaparece en fecha señaladas, principalmente familiares).
10 años de un reinado nada tranquilo, bastante movido y políticamente agitado.
Hemos visto a Su Majestad recibir a más de 25000 personas en audiencia, ha presidido 4000 actividades y 3190 audiencias, ha recibido a 269 jefes de Estado y autoridades internacionales, ha realizado 197 viajes al extranjero… Y desde 2017 le hemos visto dejar de sonreír en presencia de Sánchez. Se le nota a Su Majestad, se le enfría el gesto delante de Pedro, el mismo que se rasca la entrepierna, llega tarde para evitar el abucheo, se mete la mano en los bolsillos y se salta el protocolo. Sánchez ansía un palacio, pero en el fondo vive desubicado cuando está dentro de él y ya se sabe, lo que naturaleza no da, Salamanca no presta.
Palabra de Rey
El Rey cerró su primer discurso citando a don Quijote : “no es un hombre más que otro si no hace más que otro”. Diez años después podemos afirmar que Felipe VI, sigue haciendo más que otros.
En aquel 19 de junio de 2014 se comprometió a adaptarse a los retos del presente refiriéndose particularmente a la necesidad de reforzar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones y de preservar la convivencia y el entendimiento por encima de las diferencias. Subrayó la necesidad de observar una “conducta íntegra, honesta y trasparente” pues sólo así podría ganarse el respeto y confianza de los ciudadanos. Los Reyes han sabido sintonizar con el sentir español y han mostrado su lado más humano, no sólo como autoridades, sino también como padres de la futura heredera al trono, la Princesa de Asturias, y eso gusta. Nos gusta.
De momento la Monarquía es de las pocas Instituciones del Estado que cumplen lo que prometen y espero que le dejen tiempo y futuro para seguir cumpliendo, pues es el único espejo de lealtad y honor en el que los españoles se pueden mirar ya que sus representantes políticos, esos a los que se les llena la boca de democracia, de elección y representatividad, dejan mucho que desear.
Me despido esta semana invitándoles a la exposición “Felipe VI: Diez años de la Historia de la Corona de España” preparada por Patrimonio Nacional y la Fundación Cultural de la Nobleza Española con motivo de este aniversario. Tiene lugar en el Palacio Real de Madrid y está programada hasta el 20 de septiembre.