La crisis hídrica en Bogotá cada día empeora, hace 25 años que nuestra capital no atravesaba una situación de tal magnitud, factores como la deforestación, cambio climático, y el despilfarro del agua, son causas que hoy por hoy tienen a la ciudad en un hecho sin precedentes.
Los bogotanos sufren cada semana racionamientos que el distrito impone para mitigar el momento de crisis por el cual se está pasando, ¿pero realmente esta medida ayuda en algo?, la verdad es que en muchos casos no es una solución efectiva por diversos factores.
Un estudio revela que los días antes del racionamiento en cada localidad o barrio, los ciudadanos aprovechan para acumular agua y esto genera un consumo mayor al presupuestado por la alcaldía, es así como de una forma u otra la cultura ciudadana juega un rol importante en esta cadena de reducción, por otro lado hay conjuntos que almacenan agua y la distribuyen entre sus habitantes en los horarios donde las personas salen a trabajar, entre 6:30 y 7:30 am , por lo cual en el principal gasto en los hogares, la ducha, no se ahorro
Sin embargo, el racionamiento de las personas del común de poco sirve, si las grandes empresas, las instituciones públicas, los centros comerciales y demás no asumen que la responsabilidad es de todos, y por lo menos intentar reducir el consumo , para que al menos los embalses se mantengan en un nivel prudente de agua.
Pero es que simplemente eso es lo que no está sucediendo, los centros comerciales siempre tienen agua, en muchas instituciones públicas nunca racionan y por último el que más me ha llamado la atención, empresas que no racionan agua y que adicionalmente no le retribuyen nada al sector que “desangran”.
Pues para la muestra un botón, 11 millones de pesos por la extracción de 279.000 litros de agua DIARIOS, ¿le parece justo?, pues es la cifra que paga COCA-COLA por su planta embotelladora, ubicada en la calera- según versiones de nuestro alcalde Galán, es decir, se paga más por un año de arriendo de un aparta-estudio que por extraer agua de manera irracional en los alrededores de Bogotá. Lo aterrador de esta situación es que en este sector (la calera) más de 400 familias no tienen acceso al agua potable, y deben soportar hace mucho tiempo racionamientos donde solo pueden abrir las válvulas 5 horas y media al día, para un territorio que lleva desde el año 81 con esta concesión que le trae más problemas que ganancias.
Lamentablemente,Este fenómeno no es exclusivo de La Calera. Según indagaciones de varios medios de investigación, en otros municipios de Colombia, como Sesquilé en Cundinamarca y Caloto en Cauca, embotelladoras como Postobón también extraen cientos de millones de litros de agua de forma similar, mientras las comunidades locales enfrentan escasez y calidad pobre del agua.
El problema del agua no solo es de índole distrital, es una situación de contorno nacional y hasta que la gente no lo entienda, seguiremos condenados a vivir esta injustica, hasta que no entendamos que el agua de nuestro país ni se compra ni se vende, que las empresas deben emplear políticas para el uso racional de la misma, Colombia seguirá siendo visto como el país óptimo para saquear recursos naturales que en un futuro será el que tanta falta nos hará.