Felices estuvieron los colombianos con su selección viéndola ganando, gustando y goleando en el partido de fútbol amistoso con Estados Unidos. Una hora después, la emotiva fiesta de los seguidores del Atlético Bucaramanga disputando el primero de dos partidos para conocer el nuevo campeón del balompié criollo. Con estos dos acontecimientos, me queda claro que el juego y sus atletas alegran a millones de compatriotas ante la horrible cotidianidad, alejándolos por unas horas de las denuncias sobre corrupción, narcotráfico, delincuencia, inseguridad y otro sin número de noticias desagradables. Deportistas, ¡suban ustedes el ánimo!
Mi descripción es centrada en el fútbol, actividad movilizadora de grandes masas y fuertes pasiones. De hecho, la fiebre por la tricolor será ‘pan nuestro de cada día’ durante el siguiente mes porque en dos semanas comienza la legendaria y apetecida Copa América, torneo en el que, según especialistas, los ‘cafeteros’ llegan con grandes opciones para conseguir la gloria y de paso sumar la segunda Copa en su palmarés. En suma, haremos -a los que nos gusta esta actividad, la selección y nuestro equipo de corazón- seguimiento invadidos de esperanza, pasión y alegría en cada partido de los nuestros durante la edición 48 de este torneo. Ojalá esta sea la vencida y no otro fracaso desalentador…
Lectores, les recuerdo que anfitriones serán ahora los santafereños de la eufórica final del Fútbol Profesional. Ellos se encargarán de engalanar la fiesta en las gradas del Nemesio Camacho ‘El Campín’ para alentar a sus jugadores en busca de la estrella número diez en su escudo. Esa tarea, dicen los probos en balompié es compleja porque ‘los búcaros’ vienen de ganar su partido de ida por diferencia de un gol. Los hinchas sin pudor por el fútbol y los habitantes de las dos ciudades protagonistas, estoy seguro, serán actores de un reparto nutrido de algarabía sin precedentes teniendo en cuenta que no habrá un tercer partido sino un campeón. Triunfe quien triunfe, la celebración será de alegría, solo alegría…
Amigos, la pasión por el fútbol, el amor por el color de una camiseta y la disputa por un torneo local, regional o mundial genera un sin número de emociones reflejadas especialmente con la comunicación corporal -gestos, gritos, llantos, risas, bailes, canticos, entre otros-. Por eso, alinear el triunfo de un atleta en determinada actividad deportiva con un positivo estado de ‘ánimo social’ vale la pena ser reconocido especialmente tratándose de un país como Colombia en donde la insatisfacción por la situación económica, social y política colapsan la calidad de vida de sus ciudadanos. En esta línea, es pertinente ratificar lo expresado por el periodista deportivo, Antonio Cásale: “no hay nada más edificante en la escala de valores para una sociedad que el deporte”.
Pero más pasión por el deporte colombiano tendremos con los Juegos Olímpicos de Paris 2024 en el mes de julio. Ante semejante responsabilidad atlética orbital, el Director Deportivo del Comité Olímpico Colombiano (COC), Pablo Villar, estima que 90 atletas, en las disciplinas de Atletismo, Breaking, Boxeo, Canotaje de Velocidad, Ciclismo MTB, Ciclismo BMX FREESTYLE, Ciclismo BMX, Ciclismo Ruta, Ciclismo, Pista, Ecuestre, Esgrima, Gimnasia Artística, Gimnasia Trampolín, Golf, Levantamiento de Pesas, Judo, Lucha, Natación Clavados, Natación Carreras, Tenis, Tiro con Arco, Triatlón, Skateboarding, Fútbol Femenino y Vela tendrán la oportunidad de hacernos vibrar y erizar nuestras pieles cuando de repente alguno suba al pódium a recibir una medalla u obtener un Diploma Olímpico. Que Dios nos brinde más de esas emociones.
Felices estaremos cuando de repente los políticos y gobernantes respalden con todos los honores financieros, logísticos y humanos a todos los atletas que por horas calculadas nos hacen ser apasionados por cualquier logro deportivo, en cualquier parte de Colombia o en cualquier parte del mundo. Algún día será. Eso espero…