COP16: Un camino hacia la movilidad sostenible y la biodiversidad

Esta semana, Cali, una de las ciudades más vibrantes y biodiversas de Colombia, se convierte en el escenario de la COP16 de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad. El enfoque este año, marca un hito importante al ser la primera Conferencia de las Partes (COP) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) desde la adopción del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal en 2022. Este marco global, acordado en la COP15 en Montreal, establece una hoja de ruta ambiciosa para que los 196 países parte del CDB trabajen hacia la protección de la biodiversidad mediante la actualización de sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad (NBSAPs). Colombia, como país anfitrión, se enfrenta a grandes expectativas y tiene la oportunidad de demostrar liderazgo ambiental en la región.

En el marco de la COP16, se espera que Colombia destaque el papel de las soluciones basadas en la naturaleza, en línea con sus recientes compromisos internacionales, y que articule el progreso en biodiversidad con su contribución nacional determinada en la lucha contra el cambio climático. Uno de los aspecto esenciales para ese tan anhelado cambio en el enfoque tiene sin duda que ver con la movilidad sostenible, un tema que no solo afecta el cambio climático sino también nuestra relación con los entornos urbanos y naturales. La bicicleta, como símbolo de un transporte limpio y de conexión con el medio ambiente, cobra relevancia aquí no solo como alternativa al transporte motorizado, sino como una herramienta esencial para la conservación de la biodiversidad.

Las estadísticas nos hablan claramente: el transporte motorizado representa aproximadamente el 14% de las emisiones de CO₂ a nivel global. En cambio, al optar por la bicicleta, una persona puede reducir alrededor de 1,500 kg de CO₂ al año, el equivalente a evitar conducir unos 12,000 kilómetros. Este cambio, que podría parecer pequeño, no solo beneficia al planeta, sino también a la economía personal y a la salud pública, factores que se discutirán a profundidad en varios eventos organizados en la COP16.

La bicicleta es, en efecto, uno de los medios de transporte más eficientes energéticamente: es hasta 50 veces más eficiente que los automóviles en términos de consumo energético. Además, una bicicleta ocupa aproximadamente 10 veces menos espacio que un automóvil, lo cual reduce la congestión y promueve la creación de ciudades más habitables. Imaginen una Bogotá con menos tráfico y un aire más limpio, donde el sonido predominante sea el de ruedas y no motores, una Bogotá más humana y saludable.

Estudios de la Agencia Europea de Medio Ambiente y la Agencia Internacional de Energía subrayan cómo la reducción de la contaminación del aire a través del uso de bicicletas puede disminuir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂) y partículas finas (PM2.5), contaminantes asociados a enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Por lo tanto, no es solo un tema ambiental, sino también de salud pública. En ciudades como Copenhague, se estima que por cada kilómetro recorrido en bicicleta, la sociedad ahorra alrededor de 0.64 euros en costos de salud. Adoptar la bicicleta como un estilo de vida contribuye, entonces, a reducir el sedentarismo y enfermedades asociadas, como la obesidad y la diabetes.

Uno de los eventos principales en la COP16 es el “Borondo/Bicicletada de la Movilidad Sostenible por la Biodiversidad”, un desfile de disfraces inspirado en las aves y mariposas locales, íconos de la biodiversidad colombiana. A través de esta actividad y del lanzamiento del Manifiesto Global sobre Movilidad Sostenible por la Biodiversidad, se busca crear conciencia sobre la conexión entre la movilidad y la conservación del entorno natural. La bicicleta aquí se alza como un símbolo y una herramienta, un medio a través del cual podemos reducir nuestra huella ambiental, revitalizar nuestras ciudades y proteger la rica biodiversidad del país.

En esta COP16, en donde se discuten los objetivos globales para detener la pérdida de biodiversidad, la bicicleta se presenta no solo como una opción de movilidad, sino como una declaración de principios. La bicicleta, como una solución inclusiva y accesible, puede ser clave para el cambio que necesitamos, generando empleo, impulsando el turismo sostenible y empoderando a las comunidades. La economía de la bicicleta ya emplea a cientos de miles de personas en todo el mundo, y en un país como Colombia, con su riqueza natural y diversidad, el potencial es vasto.

En conclusión, la COP16 en Cali nos recuerda que la movilidad sostenible es una de las piezas cruciales para enfrentar la crisis climática y preservar la biodiversidad. La bicicleta, con sus beneficios tangibles y su impacto positivo en el entorno, es una invitación a replantear nuestros hábitos de movilidad y a construir juntos un futuro en el que nuestras ciudades y nuestra biodiversidad no tengan que enfrentarse, sino complementarse. Hoy, desde Cali, el mensaje es claro: pedalear hacia un mañana más verde es una apuesta por la vida.

Quena Ribadeneira