Es hora de activar el agro en Colombia, finalmente.

 Durante el siglo pasado algunos gobiernos intentaron una gran reforma agraria en Colombia, algunos incluso, como López Pumarejo bajo el marco de su revolución en marcha, propuso grandes cambios en esta materia, sin grandes consecuencias en gobiernos posteriores, así mismo, López Michelsen en su momento comentaba que Colombia debería convertirse en la gran despensa de América Latina. La realidad a hoy, utilizamos en Colombia una cifra menor al 14% de nuestras fértiles tierras para cultivar, es decir, aproximadamente 39 millones de Hectáreas. Es evidente la desigualdad e ineficiencia del sector agrícola en Colombia.

Las importaciones en 2022 en Colombia aumentaron de forma general, llegando a los $6.050 millones de dólares, crecieron un 58% comparado con el año anterior. El 13% de este rubro corresponde a importaciones de bienes agropecuarios. La alerta no solo es el aumento en el déficit de la balanza comercial, es también el hecho del aumento progresivo en las importaciones de alimentos en el país, el riesgo de la seguridad alimentaria puede aumentar también, temas a los que se les debe prestar mayor atención, sumado a la crisis por escases de insumos por la guerra entre Rusia y Ucrania, escases de fertilizantes, entre otros. Por ejemplo, el 20% de los requerimientos de fertilizantes en Colombia, se importan de esa zona de Conflicto.

Se puede pensar que no se ha logrado implementar una eficiente y alcanzable reforma agraria en Colombia que garantice la optimización de los procesos agrícolas, entre otros factores, debido al problema de acceso a la tierra, el problema del narcotráfico y la imperante desigualdad. Gran parte de lo que se produce en el país en ese sector, proviene de las grandes empresas agroindustriales, pero aún con esto, como se mencionó, no logramos aprovechar más del 14% de los suelos cultivables.

Existen más factores que podrían explicar la ineficiencia y voluntad del Estado colombiano para lograr una verdadera reforma agraria que articule la nación como una gran potencia agrícola, o como lo propone el actual gobierno del presidente Petro y su ministra de Agricultura, Cecilia López: “Colombia debe ser potencia mundial de Alimentos”. Se siguen y seguirán debatiendo esos factores, pero es hora de actuar, de planear y ejecutar.

Palabras fuertes del nuevo gobierno, pero talvez necesarias para activar el agro en Colombia, finalmente. Así como otras propuestas de este gobierno, es una ambiciosa iniciativa para esta reactivación a través de varias estrategias específicas donde se encuentran como prioridades la redistribución de la tierra y la transformación del campo inicialmente a través del aprovechamiento real de la existente ley 160 de 1990 y el decreto 902 de 2017. La ley 160 ya establece mecanismos para subsidios y adquisición de tierras entre otras disposiciones y el decreto 902 establece medidas que facilitan implementación de reformas rurales referentes al acceso y la formalización de tierras. Por estas razones la ministra López, propone no esperar nuevos proyectos de ley y comenzar con lo que tenemos para trabajar más proactivamente en torno a la transformación y activación del Agro en ese sentido.

Ministra, le propongo también revisar con sumo cuidado por favor, la nueva ley del cáñamo, la 2204 de 2022, marco legal para aprovechar el cáñamo con fines industriales, el Ministerio igual tiene plazo hasta el 10 de noviembre para reglamentar las condiciones de este tema, así como para fortalecer el plan de sustitución de cultivos con el cáñamo, allí existe una valiosa oportunidad para el largo plazo en Colombia en torno al Agro.

Adicionalmente, y con base a esta titánica iniciativa, se propone un aumento en un 30% de los recursos que se le otorgan a esta cartera, no menos, si se analiza todo lo que implica poner a funcionar esta gran máquina del agro en Colombia. Se debe tener en cuenta que se recogió para este sector menos del 50% de lo presupuestado. Entraron $2 billones de pesos cuando se esperaban $4.2 billones.

El argumento de la ministra es que, a la reforma agraria y a la redistribución de la tierra propuesta para Colombia, se le debe dar la misma importancia como se le dará en este gobierno a la sustitución de importaciones, la transición energética y la diversificación de las importaciones para convertirse progresivamente en una “potencia mundial de alimentos”, entre otras metas para el Agro. La reforma parece, se vendrá con todos los elementos que esto implica.

¿Cuál será la diferencia de este intento de reforma agraria con los anteriores? ¿Existe la suficiente credibilidad en esta cartera teniendo en cuenta que ya han existido algunos de estos funcionarios en gobiernos anteriores sin mayores cambios en la materia?

SI se aprueban y ejecutan estas iniciativas, el tiempo nos dirá si serán efectivas o no. Es innegable que bajo las condiciones económicas mundiales y de escases en temas de alimentos, inflación, entre más adversidades, debemos concentrarnos como país para lograr un aprovechamiento y desarrollo sostenible para el Agro en Colombia. Como todos los retos para los años siguientes, no será fácil, pero lo importante es que existe una voluntad política para sacar adelante una seria reforma agraria. Esperamos que la ministra López, como otros ministros de este gobierno, sea muy receptiva, que escuchen a todos los actores de las cadenas productivas, empresarios, campesinos, sociedad civil y lograr los urgentes cambios que necesitamos para la agricultura en nuestro país.

@jack80x