Pocos eventos tan contra-intuitivos y desafortunados como el reciente día sin IVA, donde los colombianos demostramos que poco o nada hacemos caso a la gravedad de la situación, parte del sector comercio demuestra que solo le importa vender a cualquier costo y el gobierno que tanto ha hecho para contener la expansión de la enfermedad, no calculó los predecibles efectos que esta medida tendría en una sociedad que ha estado reprimida, que vive del crédito y que no tiene a las autoridades locales o nacionales como fuente principal de información.
Fue amplia la cobertura internacional que se le dio a este trágico evento Reuters, New York Times[1], Bloomberg[2], Financial Times[3], son solo algunos de los medios que han cubierto, en términos que van entre la sorpresa y la burla los resultados de la jornada. No deja de ser sorprendente que el país con la cuarentena obligatoria más larga del mundo y con más de 10.000 nuevos contagios en los últimos 5 días, no previera los potenciales efectos de las aglomeraciones que se causarían por seguir adelante con una medida que a todas luces podía posponerse. Sorprendió, eso sí, la coordinación de los ministros y altos funcionarios del gobierno para responsabilizar de cualquier cosa que saliera mal a los mandatarios locales.
En el entorno internacional los días sin IVA se están revaluando, ya que solamente cambian el momento del consumo pero no cambian el monto consumido, en otras palabras, es muy difícil que una persona que haya comprado un televisor de 65 pulgadas o ropa en el día sin IVA repita la misma gesta en diciembre de este año. Según un informe de la Tax Foundation[4], los días sin IVA no promueven el crecimiento económico, ni la creación de empleo, ni tampoco incrementan el gasto en consumo, y sí crean problemas para el cumplimiento del código de impuestos, gestión de inventarios y asignación eficiente de la mano de obra. Otro de los hallazgos es que no beneficia a las clases menos favorecidas. Por eso, muchos estados en los Estados Unidos los están abandonando. Lo único que parece generar, son réditos políticos. Quién lo diría!
Pero vamos a los hechos. Según el gobierno el comercio electrónico creció en un 800% y hubo un incremento del comercio en general de 158%. Los incrementos por tipo de bien también son llamativos, bienes de entretenimiento 673%, electrodomésticos y bienes relacionados 640%, equipos y aparatos de sonido y de video 366%, artículos deportivos
296%. Algunas de las cifras estaban dadas con respecto a un día normal y otras con respecto a las ventas durante la pandemia, sin aclarar las diferencias. Y con los siguientes datos es que hay que tomar un respiro: según el ministro José Manuel Restrepo, solo hubo 85 aglomeraciones reportadas entre los 73.000 establecimientos de comercio que estuvieron abiertos, lo que no dijo es que esas 85 aglomeraciones involucraban más de 120.000 personas, tampoco nos dijo que estos establecimientos fueron los priorizados por los gobiernos locales que previamente habían anticipado potenciales riesgos por el tamaño de la infraestructura, es decir que no solo hubo 85 aglomeraciones, esas fueron las registradas, existen muchas de las que no sabemos.
Además la cifra que se reporta en ventas totales es de 5 Billones de pesos aunque no se aportan más detalles al respecto. Pero no nos dijo que el costo fiscal de esas ventas es de 1 billón de pesos, existen políticas probadas en las que se puede invertir un billón de pesos, mucho más en medio de una crisis.
Sin embargo, estas son buenas noticias para un sector que en abril cayó más de 42% y donde hubo subsectores como el calzado, los textiles y prendas de vestir que cayeron más de 87% con respecto al año anterior y donde, según una encuesta de FENALCO, el 28% de los negocios encuestados cerrarán definitivamente sus puertas, de estos últimos más del 70% son micros y pequeños negocios.
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El gobierno nacional y los gobiernos locales han hecho esfuerzos gigantescos y han asumido costos económicos inimaginables, para enfrentar esta pandemia. La logística de ayudar a casi 10 millones de familias entre los diferentes programas de transferencias monetarias, las colectas públicas que fueron exitosas, las reparticiones de mercado puerta a puerta, los cambios a las entregas de las pensiones para que las personas de la tercera edad no deban moverse de sus casas, las actualizaciones de bases de datos, entre otras, permitieron que las personas en su mayoría cumplieran la cuarentena. A esto se suman los subsidios a la nómina, aunque tardíos y el aparato de préstamos para el sector empresarial que nunca llegó a las micro y pequeñas empresas que son las que más empleo generan. Valió la pena arriesgar toda esta inversión por un día de consumo masivo?
En este día quedó claro que la tal “disciplina social” no existe, que el gobierno prefiere cumplir promesas de campaña que arriesgarse a un incremento innecesario en los casos de contagio y que algunos de los comercios que más personas pueden congregar, lo único que les importa es vender. Y algo más grave es que guiados por los buenos resultados que hemos obtenido por esta pandemia, la gente no le tiene al coronavirus el respeto que este merece, a pesar de la difusión, de los muertos, de los datos de UCIs y de la pedagogía, la gente no cree que esto esté pasando o que les pueda pasar a ellos.
Con una aglomeración de 120.000 personas, en sitios cerrados, con poca ventilación y sin ningún respeto por la distancia social, se maximizan los riesgos de contagio, un ejemplo claro de esto es lo que ha sucedido en varias iglesias y hogares geriátricos alrededor del mundo y en las cárceles en Colombia. Es decir, la tasa de contagios y por lo tanto de enfermos va a aumentar, afectando en mayor medida a las ciudades principales.
Ganó el sector comercio, el gobierno cumplió una promesa de campaña, ganaron los bancos que movieron el crédito, como no se había hecho durante toda la cuarentena. En cuanto a la gente no sé si ganaron, piensan que están mejor, porque tienen un nuevo electrodoméstico suntuoso, aunque en realidad están más endeudados y posiblemente contagiados con el virus del que tanto se han cuidado.
El gobierno debería replantearse repetir el día sin IVA hasta que no pase el pico de contagios, al que aún no hemos llegado, son muy buenas noticias que se comenzaron a entregar los respiradores que tanto se habían esperado y este hecho le da cierta holgura al sistema de salud, pero creo que deben ser más serios cuando dicen que priorizan la vida sobre la economía, especialmente porque en este caso el efecto benéfico sobre la economía está también en entredicho.
[1] https://www.nytimes.com/reuters/2020/06/19/world/americas/19reuters-health-coronavirus-colombia-tax.html?searchResultPosition=1
[2] https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-06-19/-covid-friday-shopping-frenzy-triggered-by-colombia-vat-holiday
[3] https://www.ft.com/content/b1fdd943-85cd-4d3b-b8b5-397359ebe6b9