En Medellín varias paredes tienen grafitis con la pregunta: “¿la ciudad para quién?” Y esto hace referencia a lo caro que resulta vivir en la ciudad para sus propios habitantes. Una ciudad excluyente con sus propios habitantes, desplazados por extranjeros en su propio suelo. Así lo dice la canción de alkoholyricoz “Medellinificación”: “todo está muy caro, recolonizado por avaros, no importa vivir endeudados…” (https://www.youtube.com/watch?v=TE1qzHz7goU&list=RDTE1qzHz7goU&start_radio=1).
Dos noticias del diario El Colombiano sobre el crecimiento inmobiliario de Medellín y su atractivo como vividero dan cuenta de la normalización del despojo por desposesión en la ciudad, o lo que también se denomina como un proceso de gentrificación. Una noticia titula: “Medellín hace parte de las 100 mejores ciudades del mundo para vivir en 2026” (https://www.elcolombiano.com/negocios/medellin-100-mejores-ciudades-mundo-vivir-ranking-worlds-best-cities-2026-GB30754112). Alardea de que Medellín se ubica en el puesto 76, por debajo de Bogotá (puesto 51), y de su definición como “laboratorio urbano de Sudamérica”, desconociendo su realidad inmobiliaria determinada por los intereses del capital.
La otra noticia “Apartamentos entre nubes, el nuevo paisaje del Aburrá” (https://www.elcolombiano.com/multimedia/imagenes/apartamentos-entre-nubes-el-nuevo-paisaje-del-aburra-CF30534767), esconde otra realidad más brutal y son LOS PRECIOS POR LAS NUBES DE LOS ARRIENDOS, por el fenómeno de la gentrificación. Gente con un salario mínimo o hasta dos no podría alquilar un espacio digno en la ciudad y a la vez tener con qué movilizarse, alimentarse y pagar servicios.
Mientras tanto, medios oficiales como El Colombiano, normalizan esta situación e incluso exaltan el atractivo turístico de la ciudad que se convirtió en vividero para extranjeros a costa de sus propios ciudadanos. De nuevo cabe la pregunta: “¿la ciudad para quién?”
Esta reflexión para poner en la discusión la normalización que hacen los medios tradicionales de una situación que está generando descontento en la ciudadanía, afectada por el alto costo de vivir en una ciudad que al parecer ya no les pertenece.
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