Esta semana sucedió uno de los hitos más importantes en la historia del sector de las TIC en Colombia: se llevó a cabo la subasta para la introducción masiva del 5G en el país. La calificación histórica no es exagerada, pues el 5G va a permitir que el sector productivo se ponga a la par de los países más desarrollados en términos de innovación digital.
El 20 de diciembre se reunieron en el Maloka City Hall, en Bogotá, delegados de cinco operadores para adquirir una porción del espectro electromagnético, recurso natural no renovable que le pertenece a todos los colombianos y por el cual las empresas hacen su mejor oferta para poder explotarlo por un período determinado de tiempo.
Con la subasta se da el ingreso de un nuevo operador de telecomunicaciones al país, necesidad urgente en un mercado donde existe una posición dominante, incluso de monopolio, de la empresa Claro. La brasileña Telecall, con más de 20 años de experiencia en el mercado, ingresa al mercado colombiano para ofrecer una nueva opción a los consumidores. Una excelente noticia para quienes estamos trabajando para que en Colombia exista un modelo capitalista de verdad, o sea, basado en la competencia entre iguales.
Con la adquisición del espectro, las empresas adquieren obligaciones de hacer, que en el caso de la subasta 5G corresponden al despliegue de infraestructura de conectividad en 1.191 instituciones educativas por 20 años por medio de fibra óptica, beneficiando así a más de 73 mil niños y niñas, especialmente de las zonas rurales del país. De forma anual se van a invertir recursos de $1.6 billones de pesos por operador para mejorar la conectividad en el país.
La ganancia con el 5G va más allá de los compromisos en inversión social que adquieren los operadores. Para los usuarios va a significar contar un servicio de conexión a internet entre 20 y 40 veces más rápido; para las empresas, el 5G abre la puerta a procesos de automatización tan avanzados como la realización de cirugías a distancia.
No se puede dejar de reconocer la gestión hecha por el Ministro de las TIC Mauricio Lizcano. En tan solo 8 meses, tiempo récord a nivel latinoamericano, el Ministerio de las TIC hizo posible la realización de la subasta.
Llegando a la dirección del sector después de un exitoso paso por el DAPRE, el Ministro Lizcano se puso desde el primer momento la tarea de cerrar la brecha digital en el país, compromiso que queda demostrado con la exitosa subasta del 5G que el Ministerio TIC del Gobierno Duque no quiso hacer.
El Gobierno anterior, más preocupado en los Centros Digitales que con su triste desenlace han significado un retroceso enorme en el acceso a internet de la ruralidad, dejó claro que la tarea de traer el 5G a Colombia debía recaer en quien los sucediera sin importar que estaban en la capacidad de realizar la subasta por su cuenta.
Para el Ministerio de las TIC del Gobierno Duque fue más importante la licitación para darle los recursos del Internet a Emilio Tapia que impulsar la inclusión de Colombia en la era digital. Para el Gobierno Petro, el norte es claro: Colombia debe ser líder de la quinta revolución industrial en América Latina, lo cual sólo es posible con la llegada del 5G.