Providencia, ¿Casas caras, corrupción o precariedad en la atención de desastres? (1) costo alto.

La construcción de las casas en Providencia está muy comentada por todos los medios de más sintonía en el país y hasta por la Contraloría (CGR). Todo debido a que el presidente Petro fue, miró, oyó y “reclamó por lo que consideró que fueron millonarios sobrecostos en la reconstrucción de viviendas” del gobierno Duque (1), y claro, ese tipo de disparadores cumplen su objetivo. Los medios conocidos han lanzado sus conclusiones pero vale la pena ir hasta las causas últimas (o raíz) del asunto para poder aprender y mejorar de este resultado del que, realmente, no es posible estar muy orgullosos.

Aquí encontrará el lector planteamientos urdidos con base en todo tipo de información de los medios y testimonios de personas locales o que estuvieron durante los trabajos, lo cual implica que para un análisis riguroso, con pruebas más duras, hay que solicitarle a la Contraloría y a los periodistas de investigación sugiriéndoles que lleven sus trabajos hasta un alcance parecido al que aquí se presenta.

El disparador: lo dicho por Petro

Lo siguiente resume lo que dijo el presidente después de su revisión de la reconstrucción en la isla y centra sus conclusiones en 2 aspectos: costo por metro cuadrado exorbitante (casi 10 millones por m2), y desnaturalización de la cultura raizal puesto que los diseños de las casas no corresponden a lo normal en la isla. Y pidió una investigación a los órganos de control. Además afirmó que Duque había incumplido en salud, en aeropuerto y en colegios.  Detalles en (1).

Sobre lo que dijo el presidente algunos habitantes expresaron que se había quedado corto (Amparo Pontón, periodista residente), quienes como ella se han adelantado a las conclusiones de las investigaciones y afirman que se debió a “corrupción, falta de planeación, y falta de conocimiento y respeto de la cultura” (2).

La respuesta: todos a rebatir

De inmediato salieron los trinos de Duque, dos exministros de vivienda (Jonathan Malagón y Susana Correa (quien también fue la Gerente de la Reconstrucción)), un exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia -Dapre- (Muñoz). Entre las declaraciones de los dos exministros se resume la explicación: “el costo fue alto, pero esta reconstrucción ha sido una de “las más complejas y exitosas en nuestro país” y “se tuvo que gestionar el faltante de mano de obra con casi 2.000 empleados y la logística para llevar materiales a 700 kilómetros del continente en medio de una pandemia” y “que las viviendas cumplen normas técnicas de resistencia de viento de 240 kilómetros por hora, y que para su construcción se dialogó con líderes de las comunidades raizales” (1).

Por su parte, las tres constructoras del Consorcio Providencia también dieron su explicación (3). En resumen: el diseño es superior al de una vivienda de interés social -VIS-, son sismorresistentes y diseñadas para soportar huracanes (tipo refugio, soportan vientos hasta 250 km/hr, estructura en acero galvanizado, paredes en concreto reforzado, peso de 75 toneladas cada una, bioclimáticas), la situación geográfica y las condiciones de la isla (transporte de materiales costoso, escasez de todo en este pico de demanda y por lo tanto efecto en los precios (mano de obra tocó llevarla masivamente y asumir costos de transporte y manutención, hasta el agua)), viviendas adaptadas al lote -VAL- que implican un proyecto diferente por casa (mayores costos administrativos), y no menores los efectos de la pandemia, la crisis mundial de contenedores y la escasez del acero. Resaltan que no recibieron ganancia por estos trabajos.

Todo es cierto y además tiene lógica. Hay otros motivos que hay que agregar a las listas de explicaciones: un manejo de monopolio del puerto existente, de los buques de transporte desde el continente y de las ferreterías en las Islas que complica todo aún más en una situación así; si los movimientos no se contrataban a través de ellos, entonces se demoraban y se perdían las mercancías.

Pero…

Toda persona que compre en un mercado puede calificar si un precio es normal o está inflado o exagerado por simple comparación entre las ofertas disponibles para productos iguales o al menos similares. Lo mismo pasa con las casas en Providencia. Comparar con las casas similares hechas en el continente es ilustrativo pero no válido ni suficiente para salir a denunciar despilfarro o corrupción.

Pero en la misma Providencia, en la misma reconstrucción, sí hay contra qué comparar: casas similares para la misma función que costaron mucho menos que lo obtenido y que hacen necesario que se analice cuál fue el origen de las diferencias.

Las casas que el consorcio Providencia hizo para Findeter salieron en promedio a 6’250,000 $/m2 (hay más de una fuente con datos variados (2)(6)(7)) (no 10 millones $/m2 como dijo el presidente (1)).

  • Según testimonios de personas que participaron en los trabajos, los refugios que reconstruyó el PNUD para FONTUR salieron entre 2’500,000 y 3’500,000 $/m2, en las mismas condiciones que las casas en cuestión. Y normalmente la reconstrucción es más costosa que la construcción. Este es un punto de comparación valioso. Según estas personas locales, PNUD fue capaz de conseguir bulto de cemento a $45,000 (normalmente a $38,000, citado en varias fuentes) mientras que el Consorcio a $100,000. Esto último es un comentario que debe verificarse y buscar pruebas duras en documentos de compra.
  • Hay algunas otras referencias, no duras, pero que dan pistas que se deben valorar: por ejemplo, un arquitecto sanandresano, constructor, afirma que en Providencia el m2 salía a $3’000,000 $/m2 antes del huracán (4).

Adicionalmente, había demoliciones. Sobre todo el tema de retiro y disposición de escombros era crítico porque había que llevarlos a Cartagena, con tarifas de 7 millones de pesos por contenedor transportado; se sabía que quien tenía este contrato era ungido con una ganancia adicional por venta para reciclaje de entre 20 a 25 millones por contenedor. Un contratista muy feliz, perteneciente al monopolio del concesionario del puerto y de los buques, y del transporte.

Sobre las casas construidas hay una lista larga de reclamos sobre problemas que ya presentan, en algunos casos en casas sin estrenar. Desde el de los pozos sépticos que no han sido solucionados, hasta problemas aparentemente simples como puertas de madera aglomerada dañadas por humedad, patio de casas sin desnivel que permite que el agua se meta a las cocinas, etcétera. Más quejas y reclamos en la referencia (6).

En el informe de la contraloría (citado en (8)) se encuentran también muchos defectos observados similares, y también fallas en los diagnósticos para reparación que llevaron a irregularidades en los sistemas hidrosanitarios, no conexiones a sistemas de tratamiento o pozos (sépticos) no funcionales y en general falta de planeación en el manejo de las aguas residuales. Subraya las “fallas en el deber de planeación al identificarse contratos con adiciones superiores al 50 %”.

Demasiados defectos.

No deja de llamar la atención testimonios como el de alquiler de una lancha a 5 millones de pesos, cuando el valor normal era 500,000 pesos, pero con la condición de que el lanchero devolviera 4.5 millones al que lo contrataba (2), y que lleva a que se califique como una verdadera “danza de los millones”. Por ello es imprescindible que los investigadores profundicen en los procedimientos de compra del contrato de administración delegada (FINDETER – Consorcio), actas de comités de compra e incluso cotizaciones disponibles, para verificar primero la veracidad de este tipo de afirmaciones, y segundo, a qué precios estaban comprando versus lo conocido en el mercado, como en el caso de los bultos de cemento, para determinar si por esta vía podría haber una parte importante del alto costo final de las viviendas.

¿Casas adecuadas?

¿Era adecuado el diseño de las casas frente al servicio que cumplirían? Hasta donde se entiende de todas las fuentes revisadas, la estructura metálica se complementaba con unos muros de cemento doblemente reforzados (malla venada (para que adhiera el mortero de cemento) y malla electrosoldada) que llevan a pensar que se tenía una doble estructura (redundancia), o que el diseño era demasiado conservador por ponerle algún término. Adicionalmente, las paredes y techos debían ser forrados en paneles de yeso o madera seguramente para confort climático y para dar un aspecto más local.

Según la información en medios, la gente pedía la reconstrucción de una casa similar a la que ya tenían, con un baño y un cuarto que sirvieran de refugio. No más m2 según se desprende de las múltiples entrevistas de las referencias. Todos los proyectos deben ser así, localizados y contextualizados a la gente y a su cultura y su territorio. Es preciso que los investigadores verifiquen los documentos donde hayan registrado lo acordado porque claramente hay divergencias entre lo diseñado y lo que dicen que la gente solicitaba. Un diseñador trabaja con los requerimientos que le suministra su cliente; por lo que es importante también que se verifique cuáles fueron tales requerimientos.

Las casas resultantes tienen aproximadamente de 30 a 34 columnas y 75 toneladas. Hay que recordar que el peso era una variable muy “pesada” para el análisis de una debida decisión entre “alternativas de diseño” de las casas por sus efectos en más transporte y en más mano de obra, el uno costosísimo y lleno de restricciones prácticas y el otro, escaso, difícil de solucionar y muy impactante en forma negativa para la situación que se estaba viviendo (no es para nada deseable llevar 3,600 personas flotantes a un lugar de espacio y servicios limitados, recuperándose de un desastre y en pandemia, donde viven apenas 5,900 personas). Se supone que tal decisión se tomó comparando varias alternativas, por lo que es importante que los investigadores logren conocer su registro en los documentos correspondientes (informe, memoria, acta, lo que sirva para explicar la decisión tomada).

Consultando con personas de la isla e ingenieros, las casas que existían se habían hecho, siguiendo sus tradiciones, en palafitos de madera para prevenir inundaciones que luego fueron sustituidos con zapatas y columnas de concreto; con este sistema se hacen casas de 10×10 metros con luces de 5 metros (distancia entre columnas) resultando solo 9 columnas. O con 3 luces continuas de 3.5 metros que darían 16 zapatas y no 30 o 34 como quedaron. Sobre estas columnas se hace una plataforma de concreto sobre la cual se construye una estructura industrializada, prefabricada y modular en madera, acero o mampostería, debidamente anclada que permite pesos del orden de 30 toneladas (la mitad), lo cual hubiera generado ahorros en materiales y por ende un menor costo de transporte y de mano de obra, menor manutención y menor impacto sobre la población. Y un aspecto no menor, como lo dicen los testimonios de los providencianos: el material de las viviendas es fundamental para el mantenimiento ¿qué pasará cuando haya que hacer arreglos o reparaciones?

Esto podría explicar la mayor parte del alto costo de las viviendas: el diseño se alejó de lo requerido aunque resulte funcional y más seguro. Por lo pronto no es adecuado saltar a conclusiones apresuradas porque la situación era muy compleja. En el próximo artículo tendremos esa oportunidad.

* @refonsecaz

Referencias

(1) Pelea entre Petro y Duque por casas de Providencia: ¿sí valen $600 millones? El Colombiano, 2022.

(2) Saqueo en Providencia: la isla de la fantasía que dejó Iván Duque, A fondo con Maria Jimena Duzán, 2022

(3) ¿Por qué costaron tanto las viviendas que hizo Duque en Providencia? El Colombiano, 2022

(4) Arquitecto San Andresano, constructor habitual. (pendiente verificar fiabilidad)

(5) Twitter del constructor Leonardo Castro (en las respuestas hay quienes desmienten que sean en la isla pero sí en San Andrés y que no han pasado realmente por la prueba de un huracán). (pendiente verificar fiabilidad).

(6) Casas de más de 600 millones en Providencia ya tienen grietas y daños: ¿qué responde el consorcio? Noticias Caracol, Diego Alvira, 2022

(7) ¿Qué pasa con las casas en Providencia? Revista Cambio, 2022

(8) Contraloría confirma sobrecostos y otras irregularidades en reconstrucción de Providencia, Revista Semana, 2022

(9) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD