Poco a poco esta historia nos introduce a la era actual, a la historia que en la actualidad vivimos en este conflicto, que como hemos visto, tiene unas raíces que van más allá de lo que superficialmente personas como el actual presidente de la república, Gustavo Petro esbozan, poniendo en práctica lo que mejor sabe hacer: mentir, engañar y confundir.
Para esta época, en la que los Otomanos dominaban la tierra de Israel, ahora llamada Palestina por los acontecimientos relatados anteriormente a lo largo de estas entregas, Para este tiempo, muchos ya hablaban de lo necesario que era el regreso del pueblo judío a sus tierras, uno de ellos fue el rabino Juda Ben Salomón Alkalai, quien en sus discursos hablaba de lo necesario de este regreso. Muchos lo consideran el padre del sionismo, mucho antes que Theodor Herzl.
Pero el mundo había cambiado, la geopolítica iniciaba a constituirse en uno de los temas fundamentales para dominar vastas zonas, e Israel o mejor sus tierras, llamaron la atención de muchos, especialmente de las potencias europeas, quienes veían en ellas una oportunidad clave para propagar su influencia global.
Para muchos grupos este territorio israelí, en ese entonces llamado Palestina, representaba la atracción del mundo moderno, a este territorio lo visitaban por diferentes motivos: Religiosos, era el lugar predilecto para hacer peregrinajes; científicos, puesto que para muchos arqueólogos e historiadores veían en ella una mina para el descubrimiento y la investigación; y político, puesto que los intereses de varios países por estas tierras la hacían un epicentro para la diplomacia y la política internacional.
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Como todos sabemos, el 28 de julio de 1914 estalló la primera guerra mundial y con ella muchos países tomaron posición. En el caso que estudiamos, el imperio Otomano tomó partido por los alemanes, lo que significaba que entraban a la guerra en contra del Reino Unido; pero tres años después del inicio de la guerra el general Edmund Allenby, derrotó al imperio Otomano en Egipto y entró a Jerusalén, de esta manera terminaba la historia de este imperio y con ello, nuevos sucesos determinarían los acontecimientos siguientes.
En el mismo año de la derrota del imperio Otomano, el gobierno de Reino Unido firmaba una carta, la cual estaba dirigida al líder del grupo sionista Lord Rothschild, en dicha carta la cual fue enviada por medio de Arthur Balford, Por ello es conocida en los hechos históricos como la declaración Balford, en ella se manifestaba la intención del gobierno británico, que ahora dominaba las tierras que anteriormente pertenecían a los Otomanos, de entregarles esas tierras o al menos parte de la misma para que fuera el asentamiento del único pueblo que a esa fecha no tenía tierra.
En la carta se hacía mención al “hogar nacional” para el pueblo judío en Palestina, sin saberlo el gobierno británico no estaba haciendo una concesión, no se trataba de un acto de bondad, de lo que se trataba era de un acto de justicia, puesto que se le estaba devolviendo la tierra a su original dueño.
Para el pueblo judío esta carta representó el reconocimiento mundial a la existencia misma de su gente, y al derecho que tenían sobre la tierra que conquistaron siglos atrás y que les fue arrebatada con el único propósito de borrarlos de la historia misma. Para Benny Morris quien es un connotado historiador que ha dedicado gran parte de su tiempo al estudio de los conflictos árabe – Israel, describe ese momento como el inicio de lo que hoy conocemos como el Estado de Israel.
Después de finalizada la primera guerra mundial en 1918 y con el dominio sobre todo lo que controlaba el imperio Otomano, el nuevo imperio británico se hace con las tierras, todo esto con el apoyo de la Sociedad de Naciones, en 1922. Esta institución cambiaria de nombre después de la segunda guerra mundial y pasaría a llamarse Organización de las Naciones Unidas.
Gran Bretaña pues, es ahora la nueva regente del territorio y sus intenciones son claras, establecer o mejor dicho, reestablecer a los judíos en los territorios que ahora le pertenecían. Al ver esto los judíos inician el proceso de regreso a sus tierras, ayudados en gran medida por los abusos y persecuciones que se presentaban en Rusia con los llamados pogromos, que no eran más que grupos de personas que se especializaban en la destrucción y aniquilamiento de grupos raciales o étnicos no pertenecientes a los propios de su país, también ayudó a esto los movimiento nazis que iniciaban su incursión en la Alemania de Hitler.
Pero la llegada no fue fácil para los Judíos, la mayoría de ellos terminaban comprando tierras que por generaciones les habían pertenecido; con la compra venía luego el aprovechamiento agrícola que hasta el día de hoy es una de las grandes ventajas que posee esta tierra; pero con ello, surge otra pregunta: Acaso la tierra de Israel no es un desierto? y si lo es, cómo es posible que la agricultura sea una de sus principales fortalezas?, la respuestas a estas preguntas será motivo de otras columnas, mas no de esta.
Con la llegada de los judíos, se evidenció el inicio de un nuevo conflicto que surgía del hecho que la tierra no estaba sola; en ella habitaban, árabes, musulmanes y otros tantos, los cuales no eran partidarios de la llegada de los judíos y mucho menos les agradaba la idea de la creación de un Estado. lo que llevó a conflictos, los cuales iban aumentando su intensidad con el paso del tiempo; tanta fue la hostilidad que en 1936 estalló lo que se conoce en la historia como la gran revuelta árabe, de la cual participó el pueblo musulmán de la época.
Es importante tener la claridad que esta revuelta tuvo lugar en la misma época en la que se asesinaban judíos por Hitler en Alemania, es decir mientras que los judíos eran exterminados por el nazismo, en su propia tierra todos los que regresaban, se veían enfrentados a la guerra que planteaban los llamados palestinos – musulmanes.
Pero fueron estas situaciones vividas por el pueblo de Israel durante la segunda guerra mundial, las que sirvieron para avivar aún más el clamor de entregarle a este pueblo una tierra propia donde habitar, o lo que es más ajustado a la realidad, a reconocer lo que por mucho tiempo se les negó: la titularidad de su propia tierra.
Winston Churchill lo dijo en su momento: “No hay una relación más indiscutible en la historia, que la conexión de los judíos con Palestina”, esto haciendo referencia a la relación innegable entre el pueblo de Israel con la tierra que hoy llaman palestina.
Con el incremento del nuevo conflicto entre los árabes y los judíos, el Reino Unido decide entregar en manos de la naciente Naciones Unidas la resolución de este conflicto, la cual presenta un plan que supone el fin del conflicto por medio de la división del territorio.
Jefferson Mena Sanchez
Jefferson Mena
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