La primera vez que el Colegio de Música de Medellín estuvo nominado en los Grammy Latinos a la categoría de Mejor Álbum Infantil fue en 2001 con Tralalá. Dicho proyecto fue liderado por Marta Agudelo, pionera en la educación musical para niños en Colombia. “Lo recuerdo porque no pudimos ir a Las Vegas esa vez, debido a que tumbaron las Torres Gemelas”, cuenta Tere Taborda, actual directora del coro del Colegio de Música de Medellín. En este atípico 2020 reciben su segunda nominación en esta categoría por Viva la fiesta.
Viva la fiesta cuenta con 10 canciones que captan la esencia musical de cada rincón de Colombia. Todas las regiones del país se ven representadas en al menos una canción. Sin embargo, Tere Taborda señala que lo importante está en enseñarles a los niños el origen de esos sonidos y la amplia riqueza musical que hay en Colombia.
Tere Taborda: “Con mis compañeros siempre estamos buscando canciones. En esa búsqueda queríamos trabajar canciones colombianas y folclóricas. Colombia es muy rico y diverso. Hay que aprovecharlo, que los niños conozcan. Cuando comenzaba a hacer las canciones le decía a los niños: ‘Esto es un bullerengue ¿Saben qué es un bullerengue?’, y nadie sabía. Les decía que era de Turbo. Vienen de muchos colegios, pero nadie sabía dónde quedaba Turbo o Urabá. La idea es que los niños también conozcan los Andes, dónde queda o qué instrumentos usan, que son los de cuerda y en los litorales se usan más los tambores. Enseñarles todo eso, nuestra música y nuestro país, que a veces no conocen habiendo tanta riqueza”.
A pesar de todo ello, siempre está el debate y la conversación sobre qué tan interesados pueden estar los niños y adolescentes en los ritmos tradicionales. Ese trabajo de visibilizar estos ritmos va en contravía con las tendencias y lo comercial. De ahí nace un pensamiento que se ha ido gestando como bola de nieve y es que los niños solamente están interesados en el reguetón y lo que está de moda. No obstante, Juancho Valencia, que es coproductor de Viva la fiesta se une al debate y deja clara su postura al respecto.
“Deberíamos estar yendo hacia lo urbano, pero fuimos a otro lado… La música infantil es una responsabilidad”
Juancho Valencia: “Me atrevo a decir que no es que los niños solamente escuchen reguetón o la música de moda, si no que están sin defensas para escuchar las tendencias. Son altamente consumidores de las tendencias porque no hay nada que les regule desde la formación familiar, ni de la comunitaria. No hay nada que esté formando al niño. El niño está totalmente expuesto a las propagandas de la televisión, la radio y no hay un proceso para discernir qué consumir y qué no. Por eso se habla de que los niños son altamente consumistas, pero también altamente influenciables por la propaganda y lo comercial. No culpo a los niños porque caemos en la trampa de decir que es que a los niños les gusta la música de los adultos o las modas. Lo que podemos ver con todos los trabajos que Tere ha hecho es que a los niños les fascina la música que tenga otras maneras desde que exista el juego, la imaginación y la diversión. Uno ve que un niño se puede entretener con una piedrita o un súper juego en un computador. La labor de Tere como compositora y en Merlín Producciones nos damos cuenta de que hace falta darles a los niños otras opciones diferentes a lo que ofrece el mercado”.
El goce y la diversión son palpables en todas las canciones de Viva la fiesta. A pesar de esto hay una amplia dosis literaria y poética en la lírica que se complementa con los distintos sonidos tradicionales que en el trabajo se recogen. Además de Tere Taborda, que es la coproductora del disco, se encuentra el trabajo de su amigo Diego García y Ligia Sánchez, su madre. Sobre la historia que hay detrás de dos canciones -Árbol del inglés y Ardilla curiosa– esto fue lo que ella dijo.
Tere Taborda: “4 de las canciones que están en el trabajo fueron hechas en Isla fuerte con Diego García. Esta isla tiene una punta que se llama la punta del inglés y creo que es por una casa que construyó un inglés en una época, no sé si aún vive o qué, pero por eso se llama así. Allá van los pájaros en el atardecer para descansar, entonces (la canción) dice: ‘sobre un árbol del inglés/ mil pájaros discutían/ en qué rama pasarían/ la noche de tres en tres / que yo me acuesto adelante… que yo me cuesto atrás’, y es esa algarabía que se arma. Uno ve miles de pájaros yendo a dormir y Diego se inspiró en esa punta del inglés. El vallenato sucedió, le puse la música y pensé que podía ser un vallenato bueno… En Isla fuerte estábamos en la casa de Esteban y Maritza, que nos invitaron y había que saludarlos al final de la canción, porque en realidad ellos tuvieron mucho qué ver en este CD… También hubo una ardilla que se le robaba los aguacates verdes a mi mamá. Un día ella la encontró en el nochero, casi la mata del susto y ahí nace Ardilla curiosa. Entonces yo les dije a mi amigo que es muy gozón y a mi mamá que le gusta escribir: ‘hagan canciones que yo les pongo la música'”.
Manejar a un grupo amplio de niños puede llegar a convertirse en una tarea complicada, sobre todo si el objetivo es coordinarlos para cantar. “Tere tiene una capacidad con los niños porque cuando la vez dirigiendo es fuerte, se siente la autoridad, pero combina bien esa autoridad con que los niños expresen lo que se necesita porque es la expresión musical lo que prima”, señala Juancho Valencia sobre el trabajo de su compañera en este proyecto.
“Yo recibo todo niño que quiera cantar, porque todo niño tiene derecho a cantar”
Aunque lo que se hizo fue un producto para público infantil, se tuvo que hallar un equilibrio entre lo estricto y el goce. Pero de fondo la espontaneidad fue la clave al momento de concebirlo.
Tere Taborda: “Este CD fue muy bonito por eso. El estrés fue más al final. Grabamos los instrumentos donde Germán Ramírez, que es un estudio pequeño; llamábamos a los músicos, que son lindas personas y buenos músicos; y después en el colegio grabamos las voces de los niños. A veces me decían: ‘Profe, hay mucho calor’, porque estaban encerrados en un salón, pero nos fue bien. Después a Juancho le mostré lo que hicimos y no hubo estrés. Todo fue muy lindo. Después se presentó un lío y cosas como si iba llegar a tiempo, pero de resto no hubo problema”.
La música infantil es quizá el sector más olvidado por el público y la industria musical. Entendiendo que había una carencia de esta rama, Juancho Valencia desde Merlín Producciones entendió que había que jugársela por este proyecto desde el inicio. Para él hay una responsabilidad y una deuda sin saldar con la población infantil en Colombia. Ya la productora tiene líneas musicales como la salsa, música clásica, cumbia o jazz, y esta es otra rama que nace dentro de esta casa musical.
Juancho Valencia: “Hemos hecho varios tipos de proyectos en el transcurso de nuestras carreras y este fue ese pacto. Deberíamos estar yendo hacia lo urbano, pero fuimos a otro lado. Este trabajo es nuestro primer encuentro. La música infantil es una responsabilidad, no solamente con lo musical o lo artístico, sino con lo social, con una población que carece de muchas cosas. Es una hermandad que espera generar muchas preguntas a través de la música. Algo que se busca mucho es la naturalidad del disco, que los niños sean como son. Hay unas tendencias –que las respetamos- de forzar al niño desde muy chiquito a otra cosa que no es ser niño. Por eso los niños se conectan muy bien, porque sienten que son niños quienes están cantando ahí”.
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Tere Taborda: “Siempre me ha gustado la espontaneidad en los niños, sus voces naturales y cambiar ese modelo de los adultos de que un niño debe cantar de una u otra forma y luego todos terminan cantando parecido, sino que cada uno cante con su vocecita… Yo recibo todo niño que quiera cantar, porque todo niño tiene derecho a cantar. Hay coros que hacen examen, es válido y lo respeto, pero creo que los niños cantando muchas canciones se van afinando y se van cuadrando”.
Merlín Producciones ya acumula 7 nominaciones a los premios Grammy Latinos, 4 veces se han llevado el galardón y tienen mucha expectativa con lo que pase este año con Viva la fiesta. El reconocimiento histórico que ha recopilado Juancho Valencia ha sido admirado desde dentro y fuera de lo que se conoce como industria musical.
“Las locuras no van solo de lo musical, sino desde lo social y ambiental”
Juancho Valencia: “Logramos la atención de la industria de la que no hacemos parte… Todo es con trabajo y propuestas atrevidas, que hacen que esta comunidad de los Grammy digan: ‘Uy, esto tiene el sello de Merlín, miremos qué está sucediendo ahí’. Cuando logras eso y tienes trabajos asertivos somos muy radicales con lo que queremos expresar con la música y la gente entiende eso. Tener una nominación en el Grammy es el máximo reconocimiento porque las nominaciones las escogen productores, compositores e ingenieros de sonido. Gente especializada, no como los Premios BIllboard. Ya para ganarlo entran otros comités a departir. El reconocimiento te lo dan tus colegas, es una sana competencia y eso se vuelve muy especial”.
Las barreras en el aporte musical en la carrera de Juancho Valencia no parecen existir. El año pasado deslumbró al público capitalino en Salsa al Parque con La ciencia de Juancho Valencia, como solista también tiene varios proyectos de jazz altamente reconocidos, también lo etiquetan como uno de los productores colombianos más importantes de las últimas dos décadas y la orquesta de Puerto Candelaria -que dirige- ha sido piedra angular en la historia contemporánea de la música colombiana.
Juancho Valencia: Las barreras no las ponemos nosotros. Siempre hay gente ansiosa de escuchar cosas nuevas y creadores ansiosos de mostrar cosas nuevas, pero entre el creador y el oyente hay un espacio gigante donde hay muchos intereses de que no suenen cosas nuevas. Lo que puedo decir desde Merlín es que vamos a seguir contra la corriente captando oyentes que se atrevan a escuchar diferentes posibilidades. Tenemos las posibilidades más extrañas que te puedas imaginar. Si te estás imaginando algo extraño, nosotros ya estamos haciendo maquetas reuniones de cómo llegar a eso y llevarlo a la realidad, pero algo importante es el desarrollo de la música infantil en la construcción de país, creación de públicos y el impacto en los seres humanos. Los niños están a la deriva en nuestro país. Siempre que haya una oportunidad de entregar algo a estas poblaciones tan vulnerables, hay que hacerlo. Las locuras no van solo de lo musical, sino desde lo social y ambiental”.
La ceremonia de los premios Grammy Latinos se celebrará el próximo 19 de noviembre, el Colegio Musical de Medellín compite con Viva la fiesta ante Paseo Lunar de The Lucky Band, Artistas de Profesión de Sophia, Canta y Juega de Tina Kids y Sonidos que Cuentan de Veleta Roja.
“Tenemos unas letras en remojo mirando qué ritmo le queda”, señala Tere Taborda a la expectativa de lo que pueda suceder con la nominación y la proyección a futuro del Colegio de Música de Medellín.
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