La inteligencia artificial (IA) va más allá de ChatGPT, pudiendo ser una herramienta de utilidad en el bienestar de las personas y para facilitar la interacción con los demás y el entorno, como ocurre en el caso de las personas con pérdida auditiva.
ChatGPT, ChatSonic o DALL-E son las herramientas que abanderan la popularidad de la IA generativa y que muestran su capacidad de construir textos, imágenes y razonamientos precisos.
Aunque es una tecnología en desarrollo y tiene pendiente una adaptación normativa, ya ha demostrado el potencial que tiene en la sociedad, mayoritariamente desde el ámbito profesional y económico.
En este contexto, los expertos de Oticon ponen en valor la utilidad de la red neuronal profunda y otros sistemas de inteligencia artificial para mejorar la vida cotidiana de las personas con pérdida auditiva.
En concreto, han destacado el uso de la IA para subtitular conversaciones en tiempo real, ya que constituye un apoyo para entenderse mejor en conversaciones en ambientes ruidosos o en un tono bajo.
Esta es una de las adaptaciones de la tecnología de texto a voz “que más años lleva en práctica”, señalan, y su uso se ha democratizado, pudiendo encontrarla en aplicaciones de teléfonos móviles.
La IA también protege el oído ante audios con volumen excesivo. Actualmente hay fabricantes de dispositivos de audio, como los auriculares, que han desarrollado tecnologías de IA que monitorizan el volumen y son capaces de alertar al usuario de niveles poco óptimos para su salud auditiva, o incluso de ajustarlo automáticamente para reducir el riesgo de que su uso prolongado genere efectos irreversibles en su audición.