La conclusión fue que la batería de los primeros Galaxy Note, fabricada por Samsung SDI, se produjeron con un contorno demasiado pequeño, lo cual no permitió a la pila expandirse y contraerse correctamente durante los ciclos de carga y descarga haciendo que los electrodos positivo y negativo entraran en contacto generando un cortocircuito en el aparato y posteriormente las explosiones.
La multinacional Samsung tras una extensa investigación sobre el daño funcional que provocaba las explosiones de su celular Galaxy Note 7, confirmo que las baterías fueron las directamente responsables del daño en el sistema que le provocaron más de 4.800 millones de euros en pérdidas.
Según Koh Dong-jin, la persona responsable de la división de Samsung que produjo esa referencia, presentó en Seúl los resultados del detallado análisis del error en los smartphones.
La conclusión fue que la batería de los primeros Galaxy Note, fabricada por Samsung SDI, se produjeron con un revestimiento demasiado pequeño, lo cual no permitió a la pila expandirse y contraerse correctamente durante los ciclos de carga y descarga haciendo que los electrodos positivo y negativo entraran en contacto generando un cortocircuito en el aparato y posteriormente las explosiones.
Tiempo después tras conocerse el daño, Samsung cambió varios celulares por “nuevas” referencias y lanzó una batería de repuesto para “evitar” el problema. Pero debido a la inmensa demanda de los usuarios para hacerse con esta nueva pieza, la empresa tuvo que acelerar su producción, saltando muchas veces las pruebas de calidad, y volviendo a caer en el mismo fallo en su manufactura sin membranas de aislamiento correspondientes, y por tal motivo, las explosiones continuaron.
Tras este segundo y fallido intento, la multinacional surcoreana tuvo que cancelar la producción de su Galaxy Note 7, considerado a esta referencia como el error más grande de la empresa en toda su historia.
El suceso generó una pérdida operativa, según estimaciones de Samsung, de unos 6,1 billones de wones (unos 4.863 millones de euros/5.209 millones de dólares).
La investigación tuvo durante un mes a 700 técnicos e ingenieros recreando en los cuatro centros de fabricación del Galaxy Note 7 (uno Corea del Sur, uno en Vietnam y dos en China) procesos de carga y descarga con unos 200.000 dispositivos acoplados y unas 30.000 baterías de ion-litio.