Con base en mi artículo anterior se pueden concluir, que el territorio ocupado por esta comunidad es un lugar lejano, con muchas problemáticas. entre ellas, y como es de lógica suponer, la inseguridad: que es la responsable del desplazamiento que llega a Bogotá. Pero como si esto fuera poco, también se debe tener en cuenta los conflictos de tierras con otras comunidades indígenas que habitan la zona. Lo cual hace que la convivencia en el territorio sea cada vez más tensa; este conflicto lleva más de 5 décadas, y es una de las razones que alimentan la idea de estas comunidades de salir de sus tierras.
Salir de sus predios por más de 4 años tienen sus consecuencias; estos pueblos viven en la espesura de la selva Chocoana, en donde dejar la tierra, incluso por un período de tiempo no muy largo y sin un cuidado adecuado representa que la misma selva se encargue de destruir lo poco que comunidades como estas pueden construir, me refiero a la vivienda, a la parcela, a la cría de animales. Es lógico pensar que después de haber abandonado durante todo este tiempo sus tierras, lo que se van a encontrar es la ruina de lo poco que tenían.
Lo anterior permite que las solicitudes de la comunidad en este sentido caigan el terreno de lo razonable, pero tal parece que lo que cuenta con algún sentido para muchos, para el gobierno es totalmente irrazonable, puesto que hasta el momento en el punto de retorno, este tema hace parte de los incumplimientos de los que tanto se quejan los indígenas Embera.
¿Cuál es la solución? Lo he expresado hace mucho tiempo: lo que se tiene que construir es un plan de retorno que no puede ser inmediato, pero este debe partir del hecho que el responsable del mismo es el gobierno nacional. Es el ejecutivo el que tiene que encargarse de hacer las inversiones necesarias para garantizar las condiciones mínimas en el territorio para poder hacer dicho retorno, y esto va más allá de los llamados comité de Justicia transicional.
Son las diferentes entidades que hacen parte del ejecutivo nacional, las que deben dar un paso al frente para elaborar un plan que permite llevar a cabo la reconstrucción de las viviendas que por el paso del tiempo ya no son habitables, para eso se puede acordar con la comunidad la compra de los materiales necesarios por parte del gobierno para tal fin; la mano de obra sería la de la misma comunidad. Lógicamente esto debe ser monitoreado por funcionarios que verifiquen el cumplimiento del objetivo.
Nota relacionada: ¿Alguien piensa en los Embera?
Garantizar seguridad alimentaria por vía de la construcción o instalación de granjas productivas, que les provean del pan coger necesario para satisfacer las necesidades básicas, asegurar la prestación de servicio como la educación y salud, construcción de puentes que permita tener acceso a la comunidad incluso en temporadas de lluvia.
Pero mientras eso sucede en territorio, el Distrito se debe encargar de mantener en condiciones de dignidad a esta comunidad por el tiempo en que habiten en la capital; prestándole la atención adecuada. no viéndolos como el problema, sino como las víctimas que son de una situación que ellos no buscaron; brindándoles la oportunidad para que los niños estudien, las familias tengan acceso a la salud y a la alimentación, en una vivienda en donde puedan vivir de manera digna y no en el hacinamiento que actualmente padecen, con adecuado sistema de aseo y salubridad.
Jefferson Mena
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