Javier Ospina es de esos líderes naturales que siempre están planeando y ejecutando alguna obra en favor de alguna de causa común. Gracias a ese talento organizaba las actividades deportivas y culturales en el colegio donde cursó la primaria y el bachillerato en Bogotá (El Instituto San Bernardo de la Salle), y se interesaba por lo que hacía también la junta de acción comunal del barrio Eduardo Santos en la localidad de los Mártires en la capital del país, en donde nació.
Sus años de niñez y juventud los vivió junto a su madre María Norcia de Jesús Rodríguez y sus dos hermanos. Su progenitora era comerciante en el sector de San Andresito en Bogotá, siendo ella quien les inculcó la idea de ser independientes económicamente hablando, enseñanza que aprendieron a profundidad y que les llevó a tener sus propios negocios.
Cuando llega el momento de estudiar una profesión, Javier se inclina por la Comunicación Social y se matricula en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la que debe abandonar cuando recibe la noticia de que muy pronto se convertiría en padre de familia. Toma entonces la decisión de contraer matrimonio con Gloria Osorio, con quien tiene dos hijos (David Alejandro y Santiago), afrontando la difícil tarea de ser jefe de hogar.
Su primer trabajo lo consigue en el Banco de Bogotá en donde ocupa el cargo de Conciliador de Cuentas, pero al darse cuenta de que muchos de sus compañeros sumaban años haciendo lo mismo, reflexiona acerca de lo que espera para su vida.
Es entonces cuando decide renunciar y aplicar para sí mismo las enseñanzas de su señora madre, quien siempre le decía, que en esta vida no se puede depender de un sueldito, por bueno que parezca.
Inicia entonces el emprendimiento como independiente con una cafetería en frente de la Universidad San Martín, y más adelante, cuando Hugo Ospina su hermano mayor , se retira de la firma Carvajal para iniciar un negocio basado en las artes gráficas y el diseño creando la firma Grafiplus, de la que también hace parte María su madre, decide unirse y para esto consigue dos cuentas bastante importantes que le ayudan a sostenerse financieramente a la nueva empresa familiar, una de ellas, la compañía Bell South, quien dio pie a lo que hoy se conoce como Movistar. Tiempo después conforma una empresa en sociedad con un amigo dedicada al anillado doble, que hoy se ubica en el barrio Ricaurte.
De empresario a político:
Javier es una persona bastante inquieta, le cuesta mucho quedarse sin hacer nada, siempre está en la búsqueda de algo nuevo, bien sea para su familia o para la comunidad, talento que es tenido en cuenta por una de sus amigas, quien le invita a ayudar a en la causa política de uno de los candidatos a la presidencia de la república en el año 2002, quien por ese entonces creaba un movimiento independiente, disidente del Partido Liberal del que había hecho parte desde mucho tiempo atrás y por el que fue concejal de Medellín, alcalde de Medellín, Gobernador de Antioquia y senador de la república. Se trataba del hoy expresidente y congresista Álvaro Uribe Vélez.
Fueron los tiempos en que las Farc llenaron de pánico al país con acciones como los secuestros, pescas milagrosas y tomas a poblaciones; los paramilitares sembraban el terror en miles de colombianos con masacres, desapariciones, extorsiones y asesinatos selectivos y el ELN por su parte volaba oleoductos provocando daños ambientales de enormes proporciones.
Fue precisamente esto lo que le hizo pensar a Javier que el país necesitaba la dirección de una persona que hiciera sentir su voz de mando, tras un fracasado intento de paz con una guerrilla envalentonada y unas autodefensas que, aliadas con los narcotraficantes y una clase política regional corrupta, desangraba municipios enteros, causando una estela de llanto y dolor por donde pasaba.
Sin pensarlo dos veces acepta la propuesta de participar en la campaña Uribe Presidente en el año 2002, y comienza a realizar un trabajo político desde la base, dialogando con sus allegados en la localidad de los Mártires, con quienes venía realizando una labor social desde mucho tiempo atrás en favor del más necesitado, convenciéndolos de votar por el político antioqueño que prometía recuperar el orden y la tranquilidad en el país.
Seducido por el discurso del candidato, Javier inicia una labor que en adelante le marcaría nuevos derroteros para su vida, porque no solo debía convencer a la gente de votar en favor de Álvaro Uribe, también era necesario escuchar los problemas de una comunidad a la que consideraba ceracana.
Este trabajo le permitió conocer más de cerca los problemas de la localidad de los Mártires, territorio al interior de Bogotá que no solo debía hacerle frente a la invasión de las ventas ambulantes, contaminación ambiental por la presencia de fábricas e industrias, sino además a la creciente inseguridad producto de la criminalidad que se escondía en el sector conocido como la L.
Conocer todo este tipo de problemas llevó a Javier a plantear una serie de soluciones, pero para llevarlas a la realidad era necesario apersonarse de ellas, por eso el día menos pensando toma la decisión de presentar su nombre a consideración del electorado en la localidad, buscando un lugar en la Junta Administradora Local – JAL. Para esto era necesario el aval de un partido político, y que mejor que el Centro Democrático, grupo por el que siente afinidad -dirigido por Álvaro Uribe- personaje con quien vive agradecido por ser quien le brindó un espacio donde pudo desarrollar aún más el liderazgo en su comunidad, además de ser quien le descubrió y le dio la posibilidad de trabajar a su lado en el año 2002 JAL de los Mártires, donde demostró que un edil puede hacer grandes cosas si se lo propone. Es el primer político en ocupar este cargo, que se da a la tarea de denunciar un carrusel de contratación en una Alcaldía Local, lo que le hizo ganar el reconocimiento y respeto dentro de la comunidad y en el Distrito.
Gracias a esta labor de investigación y denuncia que contó con su liderazgo, se supo que la Alcaldía de los Mártires firmó una serie de contratos irregulares y que estos habían generado sobrecostos, lo que motivó al Burgomaestre Peñalosa a pedir la renuncia del Alcalde Local Wilson Díaz.
Además de lo anterior, fue el único edil que públicamente denunció la presencia de menores en las fiestas los fines de semana en la calle del Bronx, y la ola de inseguridad en la localidad por la presencia del crimen organizado en ese sector de la ciudad.
Su trabajo es caracterizado por la disciplina y la constancia. Detesta el incumplimiento y la falta de compromiso con el trabajo y la comunidad, con lo que ha ganado la admiración de varios de sus amigos, uno de ellos Jorge Cortés a quien conoció gracias a la campaña Uribe Presidente en 2002 y con quien ha entablado una excelente relación de amigos y profesional.
Hoy Javier aspira a una curul en el Concejo de Bogotá, en donde espera trabajar con la misma disciplina que le ha llevado a ganar el respeto de toda una localidad. Sabe muy bien que, de llegar a ser elegido cabildante de la ciudad capital, tendrá que sacrificar buena parte del tiempo que le dedica a su familia, y espera contar con su compresión, la misma que pide a sus amigos cercanos, quienes le han acompañado fielmente.