En los últimos días el concejal de Bogotá, Oscar Vahos, recordó que el Gobierno Nacional estaba en mora de girar los 1,38 billones de pesos faltantes para el Fondo de Estabilización Tarifaria, y que por ende el Sistema Masivo de Transporte Público de Bogotá solo tenía recursos para operar hasta junio de este año.
De acuerdo con el cabildante, “el déficit del sistema asciende a los 2,9 billones de pesos para el año 2023, de los cuales se espera que el Gobierno Nacional cubra, a través de la Adición Presupuestal, los recursos faltantes para la operación del sistema en la segunda mitad del año”.
Meses atrás, el concejal Martín Rivera se pronunció en el mismo sentido, coincidiendo con el analista Fernando Rojas, quien propone soluciones audaces como establecer una tarifa cero.
“La crisis de movilidad es cada vez más grande y si no pensamos en ideas audaces y que transformen la realidad, seguiremos usando pañitos de agua tibia para resolver los problemas cotidianos más urgentes”, dijo Rivera en ese momento.
El TransMilenio cuenta con una infraestructura compuesta de un total de 9 portales, 15 patio talleres, 141 estaciones y 12 corredores en servicios. El componente troncal del sistema de buses articulados está integrado por 98 servicios con 5128 conductores (Oct. De 2022).
A lo anterior hay que sumarle los 105 buses del servicio de alimentadores que cuenta con un total de 2.195 conductores.
TransMilenio tiene a su cargo la operación de los buses del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP).
Toda esta operación tiene un costo que supera 100 mil millones de pesos al mes, en los que se incluye tecnología, personal, combustible, mantenimiento de buses que no se cubren con el solo recaudo que depende de la demanda de pasajeros.
Cifras de TransMilenio indican que en 2022 por validaciones de pasajeros se recibió un monto de $ 2,167,091,998,860 y entre enero y febrero de 2023 la cifra de recaudo fue de $ 396,806,614,020, lo que ha llamado la atención de la Secretaría de Movilidad y de TransMilenio, quienes consideran que el ingreso por pasajes ha disminuido, y según ellos, puede suceder por dos razones: la primera, por el aumento en la compra de motos; el creciente uso de la bicicleta y la adquisición constante de vehículos particulares. La segunda hipótesis tiene que ver con el ingreso de personas al sistema que evaden el pago.
¿Qué tanto tienen que ver los colados?
Un estudio elaborado por la Universidad Nacional determinó que entre el año 2018 y el año 2019, el número aproximado de evasores, era de 104.349.614, y que esto representaba una pérdida anual de $ 222.937.893.376.
El informe estableció que estos recursos son fundamentales para mejorar la calidad del servicio y ampliar la infraestructura del Sistema.
Al preguntar a TransMilenio a través de un Derecho de Petición, la empresa respondió que no cuenta con una metodología para establecer con exactitud el número de colados y por tanto conocer las pérdidas exactas que este fenómeno le generan al Sistema.
La Universidad Nacional estableció el cálculo a través del porcentaje de ingresos no válidos en el componente troncal de TransMilenio en una semana típica, “esto es, aquella en donde hay movimiento regular de trabajadores y estudiantes, utilizando una metodología específica que implicaba la grabación de las estaciones de la muestra durante la operación y su posterior análisis para realizar el conteo de la cantidad de personas que ingresaron al Sistema sin realizar la validación del pasaje”.
El concejal Martín Rivera afirma que, aunque siempre ha considerado serios los estudios e informes que emite la Universidad Nacional, es muy difícil tener en cuenta este cálculo mientras no exista una metodología clara que permita conocer con exactitud de cuanto pueden ser las pérdidas por colados.
El SITP y otros problemas que suman pérdidas
El analista y experto en movilidad, Fernando Rojas, recuerda que en 2011 cuando ingresa el SITP, la diferencia entre lo que cuesta el servicio y lo que se paga vía tarifa era de 9 mil millones de pesos y en 2012 ascendió a 100 mil millones de pesos.
Indicó además que, “el ingreso de los buses de tecnologías limpias sumado a la pandemia y el traslado de pasajeros hacia otros modos de transporte (moto, bicicleta, etc.), ha llevado a que las pérdidas en 2023, sea superior a los 3 billones de pesos”.
Para Rojas, el transporte público en Bogotá no puede depender mayoritariamente de las tarifas, y además que mientras a la tarifa que paga el usuario sigan cargándole los recursos para comprar buses viejos para chatarrizar, la compra de los buses nuevos, la construcción y operación de patios, la adquisición de equipos tecnológicos, el fondo de estabilización tarifario seguirá siendo un agujero negro.
En tercer lugar dice que, “el Gobierno Nacional tiene que entrar a cofinanciar la operación”.
¿Qué soluciones se han propuesto?
El director de Planeación Nacional considera que las ciudades que cuentan con sistemas de transporte masivo deben establecer un impuesto que contribuya a sanear los huecos financieros que se pueden generar con la operación.
El representante a la cámara, Elkin Ospina, propone un rubro que fortalezca el Sistema de Transporte Masivo en las principales ciudades del país.
Mientras se escuchan las propuestas que ayuden a que el TransMilenio no detenga su operación, se espera una solución pronta de parte de los gobiernos Nacional y Distrital.