El exsenador y ahora exembajador Armando Benedetti Villaneda, es un político barranquillero, conocido más por los escándalos judiciales que han rodeado su vida pública que por sus tesis y planteamientos.
Benedetti inició su carrera política en 1998 cuando obtuvo una curul en el Concejo de Bogotá con el aval del Partido Liberal, de donde salta a la Cámara de Representantes avalado nuevamente por el liberalismo, sin embargo, decide no acompañar al candidato oficial de su partido a la presidencia, Horacio Serpa Uribe, y prefiere apoyar la aspiración del entonces liberal disidente, Álvaro Uribe Vélez.
Cuando Uribe busca su reelección como presidente de la república, comienzan los problemas para Armando Benedetti. En primer lugar, fue investigado por parapolítica por la Corte Suprema de Justicia y más adelante cuando el país conoce de boca de la excongresista, Yidis Medina, que cambió su voto para permitir el cambio en la Constitución para abrirle paso a la reelección del primer mandatario por dádivas de parte del Gobierno Nacional, su nombre apareció en las declaraciones y el alto tribunal le abrió otra investigación.
Aunque Benedetti salió bien librado de las dos investigaciones en la Corte Suprema de Justicia, su nombre seguía apareciendo en los escándalos judiciales.
Álvaro Uribe terminó su período presidencial, y los problemas para Benedetti continuaron:
En el Gobierno de Juan Manuel Santos se supo que la multinacional Odebrecht ayudó a financiar las campañas presidenciales por debajo de la mesa. Es entonces cuando el empresario Federico Gaviria le dijo a la Corte Suprema de Justicia que Benedetti formaba parte del llamado grupo ‘Los bulldozers’, conformado por varios senadores que, supuestamente, ayudaban a Odebrecht a conseguir contratos a cambio de millonarias comisiones, sin embargo, la indagación preliminar determinó que Benedetti jamás estuvo en reuniones del entramado criminal.
A pesar de que el excongresista salió bien librado de una tercera investigación, otra le llegó por cuenta del testimonio de Jorge Iván Henao, asesor de gerencia en Fonade durante el segundo gobierno de Juan Manuel Santos. El exfuncionario ha dicho que era ficha clave del exsenador Bernardo “Ñoño” y que para direccionar un contrato a una empresa conocida como Certicámaras, Armando Benedetti habría delegado a dos personas de su confianza: Elsy Pinzón Barrera, su asesora en el Senado, y Juan Carlos Santofimio, representante de Certicámaras.
Inició el Gobierno de Iván Duque e inició también un nuevo lío judicial para Armando Benedetti. La Corte Suprema de Justicia encontró que entre 2002 y 2018, su patrimonio creció, sin que esos ingresos provinieran de sus labores como legislador.
Durante este período apareció un nuevo escándalo de mayor gravedad para Benedetti. exmiembros de la fuerza pública y una exfuncionaria del Ministerio de las Tic, mencionaron que el exsenador contactó al ingeniero Juan Carlos Madero para, según sus palabras, interceptar las comunicaciones del exfiscal general Néstor Humberto Martínez y su esposa.
Su vinculación al escándalo de Laura Sarabia:
Armando Benedetti fue uno de los políticos más fuertes que rodearon a Gustavo Petro durante su campaña por la Presidencia de la República, y fue tanta su influencia en la candidatura que el entonces aspirante no hacía nada sin consultárselo.
Por lo anterior, se esperó que Benedetti fuese nombrado en uno de los ministerios más codiciados del gabinete, sin embargo, no fue así y sorpresivamente fue escogido para ocupar la Embajada de Colombia en Venezuela, a pesar de no cumplir ni siquiera con la principal virtud para ser diplomático: la prudencia.
Cuando el escándalo de la entonces jefa de Gabinete, Laura Sarabia, comenzaba a subir de tono por cuenta de las revelaciones de su exniñera, Marelbys Meza, quien denunció públicamente que fue sometida a una prueba de polígrafo en el Palacio Presidencial, tras ser sospechosa de un supuesto robo de un dinero que se encontraba en el apartamento de Sarabia, se supo que el excongresista había arreglado un viaje de Meza a Venezuela en un vuelo charter, convirtiéndose además en el principal sospechoso de filtrar información del caso a la Revista Semana.
Esto le costó a Armando Benedetti la salida del cargo de Embajador de Venezuela por la puerta de atrás y una posible vinculación al proceso judicial, además de las pesquisas que realiza la Procuraduría por los viajes que el exdiplomático habría realizado a los Estados Unidos sin el debido permiso del Canciller, Álvaro Leyva.