Desde este viernes 16 de junio inicia en Medellín una nueva edición de Paradiso, un festival gastronómico con una oferta musical amplia en la que participa Providencia.
El legendario grupo de reggae colombiano estará en la tarima el lunes festivo 19 de junio compartiendo escenario con artistas de la talla de Santiago Cruz o Pipe Calderón.
Vale la pena resaltar que Paradiso se llevará a cabo en el Aeroparque Juan Pablo II hasta las 11 de la noche. Los interesados en asistir deberán pagar entrada por día a 20 mil pesos o el combo de cuatro días a 60 mil pesos en latiquetera.com.
Confidencial Colombia se contactó con Providencia para hablar de la trayectoria del grupo de reggae y sobre su participación en el festival. A continuación, lo que nos dijo Juan Camilo Gómez, voz líder del grupo.
¿Qué ha sido lo más complejo de mantener un proyecto musical por más de dos décadas?
No ha sido fácil en realidad. Es un tema cultural, el reggae y otras músicas tienen del ‘underground’ como el metal o el hip hop tienen una raíz muy noble, que es el ser música que está fuera del ojo de la música comercial. El reggae ha tenido picos en los que han sido relevantes artistas como Los Cafres o Cultura Profética con canciones que se han vuelto del público y han empezado a hacer parte como el imaginario colectivo. Creo que lo más difícil es luchar con el fenómeno cultural en Colombia de que la gente cree que la música alternativa es de la gente joven.
Luchar con esa brecha cultural y mantener ese foco al menos dentro de poder hacer música sin interrupciones durante 22 años se obedece más a que hemos tratado de crear una propia audiencia o un nicho y mantenerlo fiel. No tanto musicalmente, sino también como ideológicamente en lo cultural y construir con ellos una narrativa que funcione durante todas las etapas del día.
En ese sentido, ¿podría decirse que hacen música para impactar en cierto tipo de personas en específico?
La música que nosotros hacemos nunca ha estado enfocada a un sector o a un segmento de la población, porque de Bob Marley en adelante el reggae fuera de Jamaica hecho en Estados Unidos y en Inglaterra ha tenido una visión o un alcance más global o atemporal. Siento que la música de nosotros siempre ha sido atemporal: que el de 18 años que pueda encontrar algo valioso para él o una persona de 35-40.
Ustedes han incorporado elementos de otros géneros a su música respetando la base del reggae, ¿qué inquietud musical creativa tienen ahora?
Como la música tiene la vocación de ser atemporal, la base sigue siendo la misma que son los ritmos jamaiquinos, no solamente la música más experimental. Hemos tratado de jugar con los lineamientos de las bases de la música jamaiquina de raíz tratando de hacerlo a nuestro estilo en un contexto como Colombia. Sobre todo en el idioma no hay que perder de vista que el reggae es una música en la que pondera el inglés, entonces hacerlo en español ya es como un sacrilegio. De ahí para adelante, cualquier cosa que hagamos incorporándole, sentimos que para nuestra visión de la música suma. Entonces en algún momento hicimos fusiones con cumbia, cuando hicimos la versión de Juanita Bonita. Hicimos una canción con Ñejo. Recuerdo que cuando acabamos la canción fue como un hito de moralidad dentro del género, porque la gente que gusta del reggae no escucha reggaetón, algo que me parece por naturaleza contradicción.
Por ejemplo, en nuestro último disco que se llama Destino utilizamos ‘beats’ de dembow y nos fue muy bien porque utilizamos la música nuestra como hilo conductor armónico y melódico. En un tema como La Fortaleza vas a encontrar que tiene un ‘beat’ que puedes encontrar en cualquier canción de reggaetón. Es tratar de traer elementos que nosotros sentimos afines culturalmente al reggae como la cumbia, el reggaetón, el dancehall o incluso la salsa de la que hicimos una versión de La Temperatura de los Lebrón.
¿Cómo enfrentan las criticas que reciben del público del reggae más conservador cuando sacan canciones con elementos de otros géneros?
Yo siempre tengo una premisa haciendo música y es que la música sigue siendo arte, y el arte no tiene no tiene la vocación de agradar a todo el mundo. El arte cada cual tiene que asumirlo como lo lea. Esas críticas son respetables, pero nosotros hemos trabajado mucho precisamente en poder ofrecerle a la gente fusiones que no se imaginaron que podían ser posibles.
Ustedes han tenido una relación muy especial con Medellín con presentaciones en varios festivales, ¿qué novedad podría encontrar el asistente del Festival Paradiso cuando vaya a verlos?
Yo tengo como una posición frente al a la manera en que se ven los oficiales de Medellín, primero porque me gusta mucho los festivales. Me alegró mucho cuando cuando me contaron del festival porque particularmente en Estados Unidos los festivales tienen una vocación familiar. Allá uno puede ver las tres generaciones reunidas oyendo música.
Vamos a tener un repertorio largo con canciones representativas. La idea es tratar de que la gente entienda que la música más que un tema aspiracional y ver a una persona en una tarima. También puedan tener a una onda cercana conversando con ellos y que los permita escenarios de baile y de canto que de pronto rompa un poco como el estilo de música que va a haber en en el festival.
¿Cómo ve la escena del reggae actualmente en Colombia?
La primera escena fuerte del reggae en el país está en Bogotá y está un poquito fragmentada por varias razones. La primera es porque los artistas que hicieron grande el reggae en su momento no trabajaron en cultivar públicos y ser un poquito más universales, sino que se quedaron siendo muy de nicho.
Siento que en este momento hay unos artistas que quieren resurgir y muy buenos. Hay una escena que está creciendo; hace poco hubo un evento buenísimo en la Media Torta que se llama el Día de Reggae organizado por algunos artistas de esta escena que ya tenían tradición dentro de la ciudad. Siento que hay hay varias bandas que han trabajado, en el Huila hay un artista que me gusta mucho que se llama Lion Reggae. En este momento lo que estoy tratando de hacer es colaborar con todos los artistas nuevos para que la gente que escucha Providencia vea otras otras propuestas.
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