El próximo 17 de noviembre se estrena en las principales salas de cine del país Salvador, un drama romántico que detona cuando se llevó a cabo la toma del Palacio de Justicia por el M-19 y la retoma del Ejército en 1985.
La película es la ópera prima de César Heredia, quien señala que la historia nace de los recuerdos que tenía de su abuelo -que ejercía como sastre en Bogotá- y su primer recuerdo de infancia violento, que fue este hecho histórico. Héctor García, Fabiana Medina y Édgar Durán lideran el reparto de esta película colombiana.
Este trabajo demandó varios retos entre los que destacan el recrear una Bogotá de los 80 en interiores y exteriores. Además hay varios homenajes al bolero, al cine de la ciudad, clásicos del cine global y de -manera tenue- logra una representación de la agitación violenta que el país vivía en aquellos años.
Sinopsis
1985. Bogotá. La ciudad vive la rutina de días de sospechas y una latente inseguridad. En el centro de la capital trabaja Salvador, un particular sastre cuya cotidianidad se ve rota con la llegada de Isabel, la nueva y simpática ascensorista del edificio. Y aunque los días se tiñen con el espejismo de un sutil y torpe romance, los celos y la desaparición de un familiar afectan las decisiones de Salvador de la peor manera, justo cuando el Palacio de Justicia es asaltado por la guerilla y retomado por el ejército.
Para profundizar más sobre Salvador, Confidencial Colombia tuvo un breve diálogo con César Heredia sobre puntos esenciales que se denotan en el filme. A continuación lo que nos dijo.
¿Por qué surgió la necesidad de que los personajes se abstrajeran de la realidad del entorno a finales de los 80?
Es una reflexión de uno mismo y de nosotros como colombianos, de cómo volteamos la mirada a otro lado para evitar. La película está muy tocada por el miedo y eso le pasa a los personajes: normalizan tanto la violencia que prefieren evitar reflexionar sobre lo que sucede.
Una de las cosas más interesantes en el filme es la transformación del protagonista ¿Cómo fue el proceso de alcanzar los picos de ese personaje y que regresara al inicio de esa transformación?
Es la representación de un retorno porque habla de nosotros. El personaje es una metáfora nuestra de cómo vamos a un lado con la ilusión, pero volvemos a lo mismo, como pasa en Colombia. Con la construcción del otro personaje que es Isabel se hizo así porque le da luz a Salvador. Ella es más abierta, le genera ese deseo en él, la luz que no quiere ver, oculta o le da miedo.
¿Cómo se hizo el diseño de producción para la ambientación de la época?
La idea era que la gente percibiera la época. Por eso procuramos que se sintieran allí, incluso con los exteriores sin que se viera que estuviésemos evitando algo, porque estábamos en un momento histórico.
En la conclusión final con el audio de Alfonso Plazas Vega que dice “¿Usted qué haría?” ¿Buscaba retar al espectador con las acciones finales de los personajes?
Es un cuestionamiento duro hacia el espectador y a uno mismo.
¿Se ha preguntado usted qué haría?
Sí, pero no tendría la respuesta. Aunque sé que no haría lo que hizo Salvador.
Tráiler
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