Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para el año 2030, se refiere al “hambre cero”. Este propósito, busca poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y promover la agricultura sostenible. Lo anterior, implica el derecho que tienen las personas a acceder a alimentos seguros y nutritivos, para ello, resulta fundamental entender que esta tarea es una labor conjunta entre las empresas de la industria alimentaria, las instituciones públicas y los consumidores.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, la inocuidad alimentaria es el conjunto de condiciones y medidas necesarias durante la producción, almacenamiento, distribución y preparación de los alimentos para asegurar que, una vez ingeridos no representen un riesgo apreciable para la salud. Según esta entidad, en Colombia, durante el 2020 se presentaron aproximadamente 3.079 casos relacionados con enfermedades transmitidas por alimentos (ETAS), las cuales, suelen ocasionar síntomas gastrointestinales como; nauseas, calambres estomacales y diarrea. Sin embargo, algunas de estas afecciones también pueden desencadenar síntomas neurológicos, ginecológicos e inmunológicos.
De allí, radica la importancia de garantizar la inocuidad y bioseguridad de los alimentos en cada una de las partes de la cadena de suministro: los productores, transportadores, comercializadores y consumidores, son actores clave para garantizar la inocuidad alimentaria. En un contexto nacional, donde de acuerdo con el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), 28 de cada 100 hogares tuvieron que disminuir la cantidad y calidad de los alimentos durante los últimos doce meses, resulta primordial garantizar la inocuidad alimentaria a la población.
“Anticipar y reducir los riesgos de seguridad alimentaria en toda la cadena de suministro requiere innovación, liderazgo estratégico y asociaciones sólidas entre las empresas de alimentos y transporte. Cumplir las normas sanitarias y las directrices de defensa alimentaria son solo una parte de las actividades necesarias para garantizar que los alimentos se mantengan de forma segura a lo largo de toda la cadena de suministro: desde la granja hasta la mesa” expresó Camacho.
¿Cómo puede la industria alimentaria garantizar la inocuidad de los alimentos?
La inocuidad de los alimentos es un atributo esencial de la calidad de estos. Esta tarea conjunta entre las instituciones públicas, las empresas del sector alimentario y los consumidores, requiere el compromiso activo por parte de cada uno de los actores implicados en la cadena de suministro.
En Colombia, el gobierno dictaminó las normas sanitarias para la elaboración, producción, almacenamiento, transporte, distribución y expendio de alimentos mediante la Ley 9 de 1979. De esta manera, los productores de alimentos son responsables de aplicar y cumplir con las directrices e implementar sistemas de aseguramiento de calidad que garanticen que los alimentos son seguros para su consumo. Del mismo modo, los transportadores y comercializadores deben cumplir con los protocolos legales establecidos para velar por la conservación correcta de los alimentos mientras están en su poder.
Cargill, comprometido con su propósito de nutrir al mundo de manera segura, responsable y sostenible, asegura que acciones como; la inversión en equipos de última tecnología enfocados en la detección de materiales extraños que pueden caer de manera no intencional o intencional y que permiten ser rechazados en los procesos para que no lleguen a las manos de los consumidores; la implementación de empaques herméticos que reducen los riesgos de contaminación microbiológica para mantener su frescura y vida útil; emplear equipos de proceso, y lo más importante; realizar entrenamientos enfocados en fortalecer la cultura de inocuidad y calidad en todo el personal que interviene en la cadena productiva, resultan fundamentales para las empresas implicadas en la producción y comercialización de los alimentos.
“Trabajar por los tres retos de la seguridad alimentaria: control, prevención y anticipación, así como implementar procesos certificados con sistemas de gestión de inocuidad durante la producción, almacenamiento, distribución y preparación de alimentos, nos permite asegurar que una vez ingeridos por los consumidores, no representen un riesgo para la salud. Como empresas, somos responsables de garantizar la inocuidad alimentaria, desde la granja hasta la mesa, con la mejor calidad y seguridad para contribuir con la seguridad alimentaria de los colombianos” concluyó Andrea Camacho, gerente de aseguramiento de Calidad de Cargill para Colombia.