El Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE) ha suspendido este jueves la primera sesión del juicio en contra del expresidente Jair Bolsonaro y ha fijado su reanudación para el próximo martes, si bien es posible que los resultados de la causa salgan finalmente de una sesión celebrada dentro de una semana, el día 27 de junio.
El mandatario se enfrenta a una posible inhabilitación política si finalmente el TSE determina que incurrió en abuso de poder cuando en 2022 citó en el Palacio del Planalto a un nutrido grupo de diplomáticos extranjeros para persuadirles de la inseguridad del sistema electoral brasileño.
El fiscal general adjunto de las elecciones, Paulo Gonet, ha defendido durante esta primera sesión la necesidad de inhabilitar políticamente a Bolsonaro por haber cometido abuso de poder y haber difamado el sistema electoral del país sin presentar pruebas, según recoge el portal G1.
Además, Gonet ha insistido en que aquellas declaraciones del entonces presidente brasileño no estaban protegidas bajo la libertad de expresión, pues “un discurso de este orden no compone el dominio normativo de la libertad de expresión”.
Por su parte, el abogado defensor de Bolsonaro, Tarcísio Vieira de Carvalho, ha manifestado que el debate sobre el funcionamiento del sistema de voto electrónico en Brasil no puede considerarse como un tema tabú en Democracia, y que la reunión del exmandatario con embajadores fue un evento diplomático.
Sin embargo, Vieira de Carvalho sí que ha reconocido que Bolsonaro empleó un tono “inapropiado” para hablar del asunto, aunque ha remarcado que la cita con los diplomáticos se produjo antes del periodo electoral.
Este escenario de sacarle de la arena política durante los próximos ocho años, llegaría justo para las elecciones presidenciales de 2030 lo contempla el propio Bolsonaro, quien ha intentado desde entonces restar importancia a aquel encuentro, en el cual, entre otras cosas, se lanzaron infundios sobre las urnas electrónicas.
A pesar de que saliera airoso en esta ocasión, el escenario que tiene ante sí Bolsonaro no es nada esperanzador, pues el TSE tiene en sus cajones otras 16 demandas contra él que podrían certificar su inhabilitación, como la que denuncia la creación de una red de desinformación contra sus rivales, o la de abuso de poder político y económico por distribuir programas de subsidios sociales en campaña.
En caso de que el TSE certifique la descalificación de Bolsonaro para los próximos comicios –presidenciales de 2026 y locales de 2024 y 2028– sería la primera vez que un expresidente se ve privado de sus derechos electorales por decisión de esta corte, si bien hasta ahora había sido por iniciativa del Senado, o de otros tribunales.
Por su parte, el ahora presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, también fue inhabilitado y encerrado en prisión tras un proceso judicial marcado por las irregularidades, tal y como confirmó el Tribunal Supremo, que habilitó sus derechos políticos y permitió que pudiera presentarse a las últimas elecciones.