El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha mantenido este lunes una conversación telefónica con su par israelí, Isaac Herzog, a quien le ha reiterado el derecho de su país a defenderse de los ataques perpetrados por Irán y sus grupos afines en Oriente Próximo, entre los que ha citado a Hamás, la milicia libanesa Hezbolá y los rebeldes hutíes de Yemen.
“El presidente Biden transmitió su compromiso con la seguridad del pueblo judío, la seguridad de Israel y su derecho a existir, y reafirmó su apoyo al derecho de Israel a defenderse de los ataques de Irán y de todos los grupos terroristas respaldados por Irán, incluidos Hezbolá, Hamás y los hutíes”, reza un comunicado difundido por la Casa Blanca.
Esta conversación entre ambos mandatarios se produce en una jornada en que se cumple el primer aniversario de los ataques de Hamás contra Israel, en los que casi 1.200 personas fallecieron y otras 240 fueron secuestradas por la milicia islamista en un suceso que marcó el inició de la actual guerra en Oriente Próximo debido a la respuesta del Ejército israelí en Gaza y los ataques de otros grupos respaldados por Irán en solidaridad con la causa palestina.
Durante la llamada, Biden ha trasladado a Herzog sus “profundas condolencias” por las muertes de hace un año –“en un día de brutalidad indescriptible”–, entre los que se incluyen cerca de medio centenar de ciudadanos estadounidenses. “Estados Unidos nunca se rendirá hasta que llevemos de vuelta a casa sanos y salvos a todos los rehenes restantes”, ha añadido el mandatario estadounidense.
A pesar de todo, Biden también ha mostrado su “profunda tristeza” por la elevada cifra de víctimas civiles en la Franja de Gaza a causa de la operación militar israelí, que en todo caso fue motivada por los ataques de Hamás, según ha incidido. Las autoridades gazatíes –controladas por Hamás– hablan ya de que los continuos ataques del Ejército de Israel se han cobrado la vida de casi 42.000 personas, en su mayoría mujeres y niños.
Así pues, el inquilino de la Casa Blanca ha suscrito una vez más su compromiso con la necesidad de alcanzar un acuerdo entre las partes en Gaza que incluya la liberación de todos los rehenes en manos de Hamás, que garantice la seguridad de Israel y que “alivie el sufrimiento de los civiles palestinos” a la par que sienta las bases para “una paz duradera sin que Hamás pueda volver a controlar Gaza ni a reconstruir sus capacidades militares”.