El presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado este martes que Estados Unidos enviará nuevos sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS) a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa y golpear “objetivos clave”, en un artículo de opinión publicado en el diario ‘New York Times’.
“Proporcionaremos a los ucranianos sistemas de cohetes y municiones más avanzadas que les permitirán golpear con mayor precisión objetivos clave en el campo de batalla en Ucrania”, ha recalcado Biden.
Así, ha explicado que Estados Unidos se ha movido “rápidamente para enviar a Ucrania una cantidad significativa de armamento y munición para que pueda luchar en el campo de batalla y estar en la posición más fuerte posible en la mesa de negociación”.
El mandatario estadounidense no ha precisado que tipo de sistemas son los que enviarán a Ucrania, pero un alto funcionario de la Casa Blanca ha aclarado que se trata de los sistemas HIMARS (High Mobility Artillery Rocket System, por sus siglas en inglés), que son múltiples lanzacohetes montados en vehículos blindados ligeros.
Los funcionarios han afirmado que los HIMARS estarán equipados con municiones que permitirán a Ucrania lanzar cohetes a unos 80 kilómetros, tal y como ha recogido la cadena estadounidense CNN.
Un alcance mucho menor que el máximo de estos sistemas, el llamado Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad M142 (HIMARS), está capacitado para alcanzar objetivos a unos 300 kilómetros de distancia.
Biden ha remachado que con el envío de estos misiles, Washington no está animando a Ucrania a atacar más allá de sus fronteras hacia Rusia.
“No buscamos una guerra entre la OTAN y Rusia. Por mucho que esté en desacuerdo con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y considere que sus acciones son un ultraje, Estados Unidos no tratará de provocar su destitución en Moscú”, ha enfatizado Biden.
El inquilino de la Casa Blanca ha confirmado esta decisión haciendo hincapié en que aunque la guerra en Ucrania sólo terminará a través de la diplomacia, “cada negociación refleja los hechos sobre el terreno”.
“Mientras Estados Unidos o nuestros aliados no sean atacados, no nos involucraremos directamente en este conflicto, ni enviando tropas estadounidenses a luchar en Ucrania ni atacando a las fuerzas rusas”, ha sentenciado el presidente estadounidense.