Hasta el momento las conclusiones que pueden extraerse del recuento de votos en las elecciones presidenciales de EEUU son tres: un resultado ajustado y la baja probabilidad de que el Senado se dé la vuelta, la necesidad de Biden de remontar en Nevada, Wisconsin, Michigan y Pensilvania, donde necesita al menos tres de los cuatro y que el próximo presidente ya sea Trump o Biden, se enfrentará seguramente a un Congreso dividido.
¿Cuáles serán las implicaciones para los mercados? Si Biden llega a la Casa Blanca pero no al Senado, el entorno para los negocios a nivel internacional se verá afectado y las compañías sensibles a las relaciones comerciales lo harán mejor, pero con menos estímulos. Con un Congreso dividido, la expectativa sobre el gasto en infraestructuras y salud será significativamente menor. Y si Trump gana en los últimos Estados y consigue revalidar su presidencia, también se enfrentará a un Congreso dividido. No será capaz de aprobar nuevas rebajas fiscales y el América First seguirá presionando las relaciones comerciales.
“La recuperación va a ser un desafío. No será un desastre económico pero en un escenario como la pandemia, se necesitan políticas que den una respuesta”, opinaba Samy Chaar, economista jefe de la firma suiza, en una conferencia telefónica con periodistas esta mañana.
En este contexto, la primera decisión adoptada por Lombard Odier ha sido reducir su exposición a renta fija americana. ¿Qué probabilidad otorga la entidad a los posibles escenarios y en qué activos invertir según los tres potenciales escenarios?
Victoria de Biden con un Congreso dividido
Le otorgan una probabilidad del 50%. “En este escenario utilizaríamos la liquidez que hemos obtenido y lo pondríamos en deuda emergente“, explica Stéphane Monier, CIO de banca privada de Lombard Odier, ya que creen que el contexto será más favorable ya que el dólar estadounidense continuará cayendo.
El experto asume que los bancos centrales han hecho mucho y su alta expectativa por el rumbo que puede tomar la política monetaria del país y es donde puede haber una decepción. “Si Biden consigue llegar a la Casa Blanca pero no el Senado, la Fed puede asegurar las condiciones financieras. La Fed tiene la capacidad de prestar pero no tiene la habilidad de gastar”, explica. Por eso no espera que haya grandes movimientos en el banco central en la reunión de dos días que comienza este miércoles.
Victoria de Trump con un Congreso dividido
Le otorgan una probabilidad del 25%. “En este caso es más favorable el contexto doméstico y por ello invertiríamos en compañías de pequeña y mediana capitalización estadounidenses“, señala Monier. En este caso creen que la potencial victoria de Trump acabaría con la caída a largo plazo de la divisa norteamericana y el dólar se apreciaría en el corto plazo.
La visión de Lombard Odier al respecto es que el dólar continúa sobrevalorado y la tendencia a largo plazo es de depreciación. En el caso de que finalmente se produzca una victoria del Partido Republicano, “veremos un corto rally, porque los inversores esperan que Trump sea más favorable a la economía doméstica”, añade Monier, pero la velocidad de depreciación de la moneda continuará. De hecho, el billete verde registraba en la apertura alzas frente al euro aunque a medida que avanzaba la jornada el par se mantiene estable en el entorno de los 1,1726 dólares.
Los demócratas ganan la Casa Blanca y el Congreso
Es el escenario al que le conceden una menor probabilidad, un 15%. “Usaríamos parte de nuestra liquidez para invertir en acciones de mercados emergentes. Este escenario sería el más favorable para los negocios internacionales y en el el que el dólar continuaría depreciándose.
¿Qué esperar de los estímulos fiscales ya sea Biden o Trump el futuro presidente? “Siempre hay una preocupación de caer en el déficit, pero el riesgo de hacer poco es más importante que el riesgo de hacer demasiado”, señala Monier. Ahí está el riesgo, en opinión del experto, de que Biden gane pero no se haga con el Senado, ya que el gasto esperado de los demócratas, 3 trillones, se podría ver reducido a 500 billones, un cuarto de lo que podríamos haber visto, “lo que en mi opinión es extremadamente escaso”, añade.