El Gobierno de Venezuela ha acusado este domingo a Canadá de “ser un factor de desestabilización en la región caribeña”, después de que Ottawa reiterara su apoyo a Guyana en el marco de la disputa entre Caracas y Georgetown respecto a la región guyanesa del Esequibo, un territorio rico en materiales y yacimientos petroleros.
“Canadá no tiene nada que opinar en la controversia entre Guyana y Venezuela por la Guayana Esequiba. El fracasado Gobierno canadiense debe dedicarse a sus asuntos”, ha declarado el ministro de Exteriores venezolano, Yvan Gil, a través de su perfil en la red social X.
Asimismo, ha sostenido que el Gobierno guyanés “debe desistir de involucrar a países acomplejados con frustradas ínfulas colonialistas en esta controversia, que se hunden junto a sus lacayos de la derecha apátrida que entregarían el Esequibo y la patria a las transnacionales norteamericanas”.
Por su parte, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, ha lamentado que el Ejecutivo “de Canadá no pierde oportunidad en el espacio internacional para violentar la ley común de los Estados”. “El forajismo exacerbado de Guyana abre puertas a los imperios decadentes para robar lo que nunca les ha pertenecido”, ha concluido.
Gil y Rodríguez han reaccionado así a las recientes declaraciones del Alto Comisionado canadiense en Guyana, Mark Berman, mostrara su preocupación por las tensiones entre ambas partes, abogaba por la diplomacia destacando “que las buenas relaciones son primordiales” y enfatizaba “la importancia” dada a su “relación con Guyana”.
La disputa entre Venezuela y Guyana por el Esequibo data de hace casi dos siglos, si bien ha sido hace cinco años con el descubrimiento de importantes yacimientos petroleros bajo sus aguas cuando se reavivó el conflicto. Ambos países están enfrentados por 159.000 kilómetros cuadrados de territorio al oeste del río Esequibo, lo que constituye dos tercios de la superficie total de Guyana.
Venezuela celebró en diciembre un referéndum sobre el Esequibo, que según el Consejo Nacional Electoral (CNE) fue aprobado con una “abrumadora” mayoría” al haber recibido más del 95 por ciento de los votos. No obstante, la oposición denunció una baja participación durante la jornada, señalando la ausencia de colas en los centros electorales.